Gerardo Pérez tiene 71 años y lleva casi 30 construyendo un Belén de unos 20 metros cuadrados de tamaño, antes para la Fundación San Rosendo y ahora en la iglesia de Sarreaus
"Soy una persona a la que le gusta hacer cosas distintas y mantenerse siempre activa, si no es haciendo belenes navideños es con cualquier otra cosa", dice Gerardo Pérez, el vecino de Sarreaus, responsable de la elaboración del nacimiento de la iglesia de la parroquia desde hace siete años.
Sin embargo, para conocer la vida de Gerardo, de 71 años, como "belenista" hay que remontarse a casi tres décadas atrás. "Trabajé más de 20 años como Técnico de Mantenimiento en la residencia de ancianos que la Fundación San Rosendo tiene en A Farixa, en Ourense", recuerda Gerardo. "Durante ese tiempo, me dediqué a hacer el Belén cada año, pues a mi encargada le gustó cómo hice el primero y, a partir de ahí, tuve ese cometido cada Navidad".
En ese tiempo, este vecino de Sarreaus se presentó a varios concursos de nacimientos en Ourense, en los que obtuvo varios segundos y terceros puestos. "Intento hacerlos muy elaborados y cada año, además, intento mejorarlos y cambiar algunos de sus componentes y la forma de colocarlos", añade.
Gerardo emplea para esta construcción, que suele rondar entre los 18 y 20 metros cuadrados de tamaño, materiales reciclados, troncos, pizarra y musgo. "No cuento con mucho presupuesto para hacerlo", reconoce. "Hasta el año pasado poníamos en la iglesia una bandejita para recoger donativos, pero la gente no estaba muy por la labor de ayudar, así que dejé de pedir", añade.
El artista asegura que, una vez que levante el Belén el próximo día 20 de enero, ya comenzará a trabajar en el del año que viene. "No podría decirte cuanto tiempo invierto en cada Belén, ya que lo voy haciendo poco a poco, durante todo el año, y en mis ratos libres", explica. "En colocarlo, una vez que tengo todo, tardo unos cinco o seis días. Es la parte que más me gusta", añade.
Gerardo afirma ser "un manitas" pues no ha necesitado nunca demasiada ayuda para los trabajos domésticos. "Casi el 90 por ciento de mi casa de Sarreaus la he hecho yo", reconoce.
