vivienda

La burbuja de la segunda vivienda se desinfla en Xinzo

Los carteles de "se vende" en viviendas y bajos son una constante en las calles limianas.
photo_camera Los carteles de "se vende" en viviendas y bajos son una constante en las calles limianas.
Bajón del sector e impuestos llevan a limianos no residentes en la villa a colgar el "se vende" en sus pisos

El periodo estival es el elegido por muchos limianos que viven en el extranjero o fuera de la comarca para regresar a su villa natal y poner a la venta sus segundas viviendas o casas familiares. Muchos adquirieron estos inmuebles durante el bum inmobiliario con el objetivo de invertir y sacar rendimiento con una posible futura venta, otros los heredaron de sus progenitores. 

La devaluación de los pisos y casas en la zona -con la consiguiente imposibilidad de sacar rédito económico- o la dificultad de las familias para hacer frente a pagos de tasas como la de la basura o la contribución en propiedades en las que no viven el resto del año, ha motivado a muchos a colgar el cartel de "se vende". En este sentido, y tal y como explica Paco Lama, de la Inmobiliaria Belaman, en Xinzo todavía existe mucha desconfianza a los alquileres "por alguna mala experiencia anterior", por lo que muchos propietarios optan por vender, antes de arrendar sus viviendas, aunque esto signifique tener sus inmuebles cerrados durante largos periodos de tiempo. 

"Los casos son, especialmente, de gente que vive fuera de aquí: Barcelona, Bilbao, Madrid... y ahora vienen para vender la propiedad que tienen en Xinzo o en los pueblos, bien porque se les está deteriorando o porque tienen que pagar muchos impuestos. En muchas de estas casas, además, está creciendo la maleza y existe la obligatoriedad de mantenerlas limpias", explica José Antonio Feijóo, de la Inmobiliaria Invercoisa, quien asegura que cada vez hay más gente que quiere vender, en detrimento del número de construcciones: "Llegó a haber un momento en el que había en Xinzo 40 grúas edificando, ahora no hay ninguna". 

Paco Lama, de Belaman, recuerda que en los años 80 hubo una potente clientela en la emigración alemana. "Compraron sin parar, algunos dos o tres pisos", comenta. "¿Qué pasa? que ahora se encuentran con que tienen muchos gastos de contribución y otros muchos impuestos, entonces, si tienen dos inmuebles, pues quieren vender uno", añade. 


Pocos alquileres


En cuanto a la posibilidad de acceder a un alquiler, Feijóo señala que "hay muy pocos pisos" para arrendar en Xinzo. "Sí se ven muchos carteles de 'se alquila' en bajos comerciales muy céntricos, porque sigue habiendo mucha crisis en el comercio. La mayor parte de estos locales se ubican en la rúa Dous de Maio, Ladeira -lugar de importante concentración de organismos oficiales- o en las avenidas de Madrid y Ourense. No es normal porque siempre estuvieron muy buscados", añade. "El precio de los bajos comerciales descendió un 50 por ciento en los últimos años por este motivo", apunta Paco Lama, de Belaman. 


La "burbuja" del AVE


Por otro lado y volviendo a la posibilidad de alquilar viviendas, existe un gran número de arrendatarios en la comarca motivado por las obras del AVE, y es que muchos son trabajadores o técnicos de paso en A Limia. "Hay gente que tiene que esperar para poder alquilar, aunque esta situación está un poco falseada por las obras del AVE. Nosotros hemos alquilado docenas de pisos a estos trabajadores", dice el responsable de Invercoisa. "Esto mañana acaba el contrato del AVE y van a quedar un montón de pisos para alquilar. Hoy hay poco para poder hacelo, mucha gente prefiere tenerlos cerrados", se reafirma Paco Lama. "También hay muchas personas en los pueblos que quiere vender porque le subió la contribución un montón. Tú imagínate pagar por una casa en un pueblo de la montaña de 10 habitantes 600 euros, además de agua y luz", añade.

El precio medio de una vivienda  en Xinzo de 100 metros cuadrados rondaría los 100.000 euros. "La poca gente que viene de vacaciones, viene a poner cosas a la venta", comenta Lama.


El sector se reactiva en O Carballiño y no sufre cambios en Ribadavia


José Luis Castro, vecino de Ourense, es un ejemplo de propietario que quiere vender su segunda vivienda. La tiene ubicada  en la zona de Vilar de Santos. "Son muchos gastos: IBI, contribución, luz, agua, basura... se hace muy cuesta arriba afrontarlos", asegura el propietario. "Hay que tener en cuenta que los salarios son muy bajos hoy en día. Entiendo que hay mucha casa a la venta en la zona de A Limia por este motivo, y es que los costes de mantener otra vivienda son prácticamente inasumibles", añade. 

En otros puntos de la provincia, sin embargo, parece que la realidad dista bastante de lo que se palpa en A Limia. Es el caso de O Carballiño, en donde su alcalde, Francisco Fumega, explica que la tendencia es totalmente opuesta. "Aquí ahora mismo la demanda de viviendas, especialmente entre parejas jóvenes, está creciendo. Hay una reactivación", asegura el regidor. "Se están pidiendo bastantes licencias, sobre todo, para unifamiliares, de las que el año pasado se pidieron 30 y cuatro para edificios", añade. En este sentido, el alcalde carballinés asegura que el parque empresarial ayuda a mantener esta buena situación, puesto que genera unos 700 empleos directos, además de los indirectos. "El emigrante mexicano también mantiene sus viviendas aquí", puntualiza. 

La historia económica de Ribadavia no ha venido marcada por un bum inmobiliario, tal y como explica su regidor, César Fernández. "Aquí realmente se ha ido construyendo según la necesidad. No hubo grandes promociones en su momento, algo también ocasionado por la falta de un plan xeral y de inversiones", explica el regidor. "Claro que se ven viviendas en venta, pero no hay una gran bolsa.Tampoco hay problemas para alquilar fuera de lo normal".

Te puede interesar