Ampliará este programa a la comarca con el fin de mejorar la calidad de vida de personas encamadas

El centro ’O Viso’ brinda terapia a domicilio a seis ancianos y sus cuidadores en Sarreaus

El Centro de Desarrollo Rural O Viso de Lodoselo (Sarreaus) está desarrollando un programa de terapia a domicilio del que se benefician seis personas mayores y que, ahora, será extendido a otros concellos de la comarca de A Limia. Una terapeuta se desplaza hasta las casas para brindarles terapia con ejercicios de movilidad y de memoria. La mayoría son ancianos con algún grado de dependencia. Pero la iniciativa también abarca atención a los cuidadores, que son los que llevan el peso de los mayores.
Terapia a domicilio. Este es un novedoso programa que desarrolla el Centro de Desarrollo Rural O Viso de Lodoselo (Sarreaus) con seis personas mayores, la mayoría dependientes. La terapeuta del centro, Ángeles Valencia, se acerca dos veces por semana a sus casas, repartidas por Nocelo da Pena, Sarreaus y Lodoselo. Y en ella trabaja con los ancianos, pero también con los cuidadores, que son los familiares que llevan el peso diario de las personas encamadas.

Ahora, el centro tiene previsto ampliar el programa a toda la comarca de A Limia, brindando la terapia a domicilio ’a las personas que podamos asumir’, avanza. La terapeuta realiza ejercicios de rehabilitación con la movilidad de muñecas, caderas, codos, hombros y, en definitiva, de todas las articulaciones. Emplea unas técnicas sencillas que aprovecha para enseñar a los familiares o cuidadores. Pero también ejercita la memoria y el lenguaje de los encamados, facultades que se pierden con la edad y, sobre todo, si padecen algún tipo de demencia. La terapeuta se afana en la lectura comprensiva, secuencia de los colores y puzzles. ’Lo que para nosotros es básico, para ellos a veces es complicado. De lo que se trata es de mejorar su calidad de vida’, relata.

Además, les ayuda en actividades cotidinas como lavarse los dientes para favorecer su autonomía y, aunque no es su función, si tiene que cambiar un pañal de las personas encamadas lo hace con todo el cariño. ’No es la función del programa llevarlos al baño o darles de comer, por ejemplo, pero a mí no me importa echar una mano’, detalla.

Un respiro

A los cuidadores también le presta especial atención. Les enseña técnicas que permiten sobrellevar a la persona encamada y pautas para ellos mismos ’pues soportan dolores de espalda y de cabeza al estar pendientes todo el día de los ancianos’ e, incluso, los libera de esta tarea. ’A veces, mientras me quedo con los ancianos en casa, van a dar un paseo o hacer alguna gestión. Es una forma de darles un pequeño respiro que se traduce en un alivio’, explica.


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