Cien velas, “cousa de Dios e de traballar nas leiras”

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photo_camera Genoveva junto a su hija Josefa en la celebración de su 100 cumpleaños. (Miguel Ángel).
Si no hay año nuevo sin celebrar el “primer bebé” que llega al mundo, Ourense debería pensar en añadir a la lista de celebraciones a los primeros centenarios de enero. Genoveva Franco estrena el 23 sumándose a la lista de los longevos ourensanos. 

Genoveva Franco Álvarez nació el 8 de enero de 1923 en Penedo (Sarreaus). Ayer sopló en un restaurante de Xinzo el número 100 rodeada de sus dos hijas -Josefa y Manuela-, sus seis nietos y cinco bisnietos. 

Genoveva siempre vivió en el concello de Sarreaus y dedicó su vida al trabajo en el campo. Como muchos otros centenarios, está convencida de que esto, junto a su fe religiosa, es lo que más le ha endurecido para lograr llegar al siglo de vida. “Esto é cousa de Dios e de traballar moito nas leiras”, dice la centenaria, quien también ha sabido cuidarse a lo largo de los años sin probar apenas el vino y comiendo sano: “Comiamos do que había: patacas, pan, chourizos, xamón, leite… E aí vai!”, recuerda, al tiempo que hace reír a sus hijas. 

La centenaria tiene muy presentes los recuerdos de antaño, sobre todo, los que tienen que ver con la agricultura: “Iba á seitura, segaba o trigo e a palla”, asegura Genoveva. 

La centenaria siempre ha gozado de buena salud y, a día de hoy, todavía camina perfectamente apoyada en dos bastones. “Aínda menos mal, ¡que son moitos os anos eh!”, exclama. “Tamén se viste ela sola”, apunta Josefa, una de sus hijas. A pesar de esto y, aunque a Genoveva le gustaría ir a misa, admite que no le resulta posible:”Non dou chegado, pero véxoa pola televisión. Rézolle á miña familia que xa non está, aos meus defuntos e polas ánimas”, dice resignada. “Reza moito. Sabes que dixo? Que estaba nos 100 anos porque rezaba moito”, vuelve a apuntar Josefa.  

VILLANCICOS

Antes de comer Genoveva no dudaba en cantar villancicos, y es que sus hijas señalan que le gustan mucho los programas musicales. También dormir: “Durmir durme moito e comer come ben tamén, gracias a Dios. Non pode comer de todo pola dentadura pero, polo estómago, sen problema ningún”, dice Manuela. “Tamén da uns paseíños pola casa todos os días, aínda que é verdade que agora menos”, lamenta. 

A lo largo de estos últimos años, Genoveva no tuvo ningún problema de salud, salvo algunas operaciones: “Operouse hai algúns anos da cadera, pero hai pouco que lle fixemos unha analítica e estaba moi ben: O azúcar estaba ben, e non ten colesterol. Todo perfecto”, cuenta Manuela. “Viviu unha vida moi tranquila e sempre rodeada de xente que a quixo”, concluye su hija.

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