CRÓNICA

Coronavirus en Ourense | La Brilat pasa revista en Xinzo

El ejercito se dividió en parejas de dos para vigilar calles, supermercados y entorno urbano (ÓSCAR PINAL).
photo_camera El ejercito se dividió en parejas de dos para vigilar calles, supermercados y entorno urbano (ÓSCAR PINAL).
Una unidad compuesta por 25 efectivos llegó a la villa antelana para disuadir a la población y mantener el confinamiento para frenar el avance del coronavirus. Para uno de los soldados, natural de Xinzo, la jornada fue más especial.

Es viernes. Xinzo amanece con resaca de tormenta y preocupación en las calles. Cada día, los limianos están más concienciados con respecto a la situación de emergencia sanitaria: hay colas en farmacias y supermercados, pero el metro de distancia es infranqueable. La Guardia Civil continúa alertando a la población para que permanezca confinada en sus viviendas y la Policía Local vigila el centro de la villa. 

Hoy -por este viernes- los vecinos tienen una visita especial y a las fuerzas y cuerpos de seguridad locales se sumarán nuevos efectivos: se trata de los soldados de la Brilat y de su teniente, Javier Calvo, del batallón Zamora. "Lo que vamos a hacer es apoyar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en las medidas que se han propuesto para controlar la propagación del coronavirus", avanza el teniente, que sienta la base del operativo en la estación de autobuses. El entorno está vacío, aunque la llegada del batallón despierta la curiosidad de los pocos vecinos que transitan por el centro de Xinzo a media mañana. 

No es habitual que el ejército se despliegue en la localidad y a algunos les pilla por sorpresa. A otros, no tanto. Y es que un vecino de la zona, haciendo gala de su naturalidad, le pregunta a los soldados si puede acudir a dar de comer a su ganado: "La gente aquí es muy receptiva a nuestra labor y su trato es muy cercano", asegura el soldado Adrián Couso que, en compañía de Rubén Pino, inicia una patrulla a pie. Recorren la avenida de Ourense, la Plaza Mayor, la calle de San Roque y la zona de O Toural. Mantienen los metros de seguridad que recomiendan las autoridades sanitarias actualmente. En esos momentos, pocas personas ocupan las calles sin causa justificada: unos llevan las bolsas del supermercado a casa, otros vuelven en sus coches protegidos con una mascarilla. No es necesario dar ningún toque de atención. 

De vuelta a la base. Encuentro con la Guardia Civil y la Policía Local de toda la unidad. Otro de los soldados aprovecha para recalcar a su teniente que la situación en los supermercados es tranquila en estos momentos. "¡De acuerdo, continúe con las patrullas", le responde el responsable del equipo, quien, en compañía de otro soldado, realizará otra ronda en el vehículo Aníbal militar. "¡Dalmeida!", le reclama con un grito.

Un joven se presenta de manera inmediata frente al teniente al escuchar su llamada. Se trata del soldado Dalmeida, para el batallón, o David, para sus vecinos de Xinzo. El militar es natural de la villa limiana, a donde regresa prácticamente todas las semanas. "En la Brilat llevo ocho años y cuatro meses y es la primera vez que voy a participar en un operativo de estas características en Xinzo", detalla el soldado. "Cada día nos están mandando a diferentes ciudades y este viernes, cuando recibimos la noticia de que veníamos a Xinzo, como que no me lo creía", añade. Afirma sentirse "muy contento" y "con mucha ilusión" de volver a su casa por unas horas. "Creo que es una oportunidad también para que la gente nos vea. Al final se sabe que las fuerzas armadas y el ejército está ahí pero no nos ven. Que sepan que cuando hace falta nosotros estamos aquí para echarles una mano", explica. 

Los soldados patrullan las calles hasta las 18,00 horas, momento en el que se repliegan para acudir a su base, en Pontevedra. Allí desinfectan sus vehículos cumpliendo con el protocolo y a la espera de nuevos destinos.

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