Un día en Vilar de Barrio con los “policías del bosque”

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photo_camera Marco Coímbra y Miguel Lamelas con un ejemplar de águila ratonera en presencia de los alumnos. (José Paz).
Los escolares del CEIP Plurilingüe conocieron la labor de dos agentes ambientales y participaron en la suelta de dos águilas ratoneras que se recuperaron durante los dos últimos meses en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de O Rodicio. 

Miguel Lamelas y Marco Coímbra, dos de los seis agentes medioambientales del Distrito XII, llevaron la magia a la biblioteca del Colegio de Vilar de Barrio. Allí, los pequeños escucharon sonidos reales de lobos, mochuelos y lechuzas, tocaron las astas de un ciervo y liberaron dos águilas ratoneras. Estos últimos ejemplares se rehabilitaron durante dos meses y medio en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de O Rodicio, en Maceda, tras sufrir sendos golpes en las alas y desnutrición. Al tratarse de ejemplares inmaduros era posible liberarlos desde cualquier punto, así que la suelta se hizo desde el patio del centro escolar, para alegría de los alumnos. “É un animal moi distribuido na provincia. Dentro das aves rapaces é o máis común que hai”, puntualizaba Miguel. 

La de ayer fue una mañana diferente en este colegio del rural ourensano. Estos dos agentes ambientales -”policías de los bosques”, puntualizaba alguno de los pequeños- trataron de inculcar en los niños de Barrio la importancia del cuidado del medioambiente y el respeto por los animales, porque, tal y como insistieron, “ningún animal é malo”. Al mismo tiempo, les hablaron de su trabajo diario vigilando los ríos o la actividad pesquera -incidiendo en que no se pueden pescar truchas de menos de 19 centímetros-, así como velando por una caza controlada y recordando las sanciones existentes en el caso del uso de cepos o de la práctica de la actividad cinegética sin licencia. También les explicaron el modo en el que investigan delitos medioambientales o controlan los espacios protegidos de la Red Natura. 

Por otro lado, los agentes dieron a conocer a los niños del CEIP de Vilar de Barrio el centro de O Rodicio, insistiendo en que, ante la presencia de un animal salvaje herido, no se debe llamar al veterinario, sino al 012 o al 112. Los trabajadores y los propios agentes cuentan con instrumentos específicos que les permiten capturarlos para poder proceder a recuperarlos. “Tedes que saber que en Ourense temos un centro de recuperación que é como unha especie de hospital para os animais salvaxes”, le explicaba a los niños Miguel Lamelas. En O Rodicio se ha salvado la vida de todo tipo de aves -es la especie más frecuente en el centro de recuperación, especialmente, en primavera y verano- y mamíferos -jabalíes o corzos, entre otros-. “Tamén teñen aparecido cans envelenados. Nese caso, actívase un protocolo específico e exclusivo da Xunta para buscar cebos e motivacións”, puntualizaba Marco.

Las nuevas generaciones tienen claro que es necesario tener conciencia y saber cuidar a los animales: “Cando hai algún incendio hai que gardalos”, apuntaba otro de los pequeños. 

EL “REY” DE LOS MAMÍFEROS

Los agentes explicaron que otra de sus funciones es realizar un control de daños por jabalí, lobo o, incluso, oso. Sobre el lobo, aseguraron que se trata de un animal “moi necesario nos nosos montes”, y que los ataques a ovejas y vacas, aunque son “impactantes”, son “anecdóticos”, ya que el 80 por ciento de la alimentación del lobo es “corzo e xabarín”, algo que se comprueba a partir de las deposiciones del propio animal. Además, los agentes quisieron dejar claro que los lobos no atacan a personas: “O lobo xamáis vai a atacar a unha persoa. Aínda que estea ferido ou atrapado, sempre vai a intentar escapar de nós”, explicaba Marco Coímbra. La jornada terminó con la entrega de pasaportes medioambientales a los participantes.

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