GRAN INCENDIO

El gran fuego de Cualedro tuvo un único foco y su autoría es “dudosa"

La Guardia Civil y la Xunta concluyeron en su investigación que la intención del incendio fue la eliminación de matorral

Un único foco pero en un lugar apropiado fue suficiente para causar el gran incendio del verano en Galicia. Un único foco cuya virulenta propagación arrasó más de 3.000 hectáreas desde el 30 de agosto y que no quedó controlado hasta dos días después, aunque hicieron falta dos jornadas más para su liquidación efectiva. Los informes de la Guardia Civil y de la Consellería de Medio Rural así lo revelan y coinciden en sus conclusiones: "Partió de un foco principal al pie de una pista de la concentración parcelaria en el paraje de O Borreco (A Saceda), en la parroquia de Lucenza , en el Concello de Cualedro". Posteriormente, el incendio se abrió "como un abanico" hacia la Serra de O Larouco, avanzando hacia Baltar,  Xinzo y Trasmiras.


La inspección ocular realizada el día 3 de septiembre determinó que el punto de inicio estuvo en el sector sur del fuego, en un área de unos 10 metros cuadrados. En ningún momento los informes hablan de los siete focos en un radio de seis kilómetros que mencionaron los alcaldes de la zona. Y mucho menos de los artefactos que llegaron a mentar. "Estuve 12 horas en ese incendio y esa era la información que tenía en ese momento", asegura ahora Antonio Pérez, alcalde de Xinzo y uno de los autores de la teoría de la conspiración incendiaria.

La causa
Tanto en el área de inicio, con una orografía regular, como en los alrededores, los técnicos de la Xunta hallaron indicios que revelan actividad humana: restos de excrementos de ganado ovino/caprino y actividad agrícola en parcelas particulares. 
En base a ello, la causa, tal como concluyen, fue "la aplicación directa de llama". Y la motivación: la eliminación de matorrales.
Los investigadores tienen claro que se trata de una acción intencionada. "Naquela zona e no dito día non se produciron fenómenos naturais que poidesen ocasionar o lume, ademais descártanse o fenómeno de emisión de focos secundarios por pavesas por non haber ningún incendio nin queima activa nas proximidades, e tampouco se observaron restos de ningún artefacto retardante nin artificios pirotécnicos", destaca el agente de  la Brigada de Investigación de Incendios Forestais de Medio Rural que confeccionó el informe.

El inculpado
Precisamente, en las proximidades fue visto  G.A.A., el anciano de 83 años, vecino de A Pedrosa, detenido e imputado por este incendio, hasta qque la jueza de Verín que lo interrogó lo dejó en libertad. 
Un agente policial fuera de servicio lo situó en la zona el domingo 30 de agosto al mediodía y así se lo comunicó a la Guardia Civil, que lo detuvo cuatro días después, coincidiendo con una visita del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a la zona devastada por las llamas.


El inculpado, tal como relató ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Verín, estaba allí viendo como ardía porque es propietario de una viña en las inmediaciones (al norte de la zona de inicio del fuego), pero negó tajantemente que prendiese la mecha. No obstante, la Guardia Civil cree que el anciano pretendía preservar su finca de la invasión del monte bajo.


Ahora bien, fuentes judiciales consideran que las diligencias previas no tendrán demasiado recorrido si no aparecen más pruebas que puedan incriminarlo. Lo que hay, simplemente un anciano contemplando las llamas, no es suficiente para atribuirle la autoría del desastre. 

La maleza estaba en condiciones óptimas para arder

 ¿Pero cómo una única fuente de calor fue capaz de arrasar 3.180 hectáreas (748 de ellas arboladas)? La clave está en variables como la temperatura -31,13 grados esa mañana-; la humedad (29,7%) y velocidad del viento, 18 km/hora. Es decir, el combustible -matorral fino con sólo un 5% de humedad- estaba en condiciones óptimas para su ignición, tal como estableció la Brigada de Investigación de Incendios Forestais del Distrito Verín-Viana.


El Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) entra más en detalle a la hora de describir la morfología del terreno: monte bajo, con predominio de tojos, zarzas, retamas, con restos de follaje inflamable y pequeños restos leñosos muertos sobre la superficie.
El incendio fue constatado a las 12,12 horas por un agente medioambiental (los vecinos observaron humos a las 12.00 horas). Cuando a las 12,30 llegó al lugar, entre A Pedrosa y A Saceda, ya estaba extendido, propagándose en dirección nor-noreste. En un primer momento, los medios de extinción no pudieron realizar un ataque directo a la cabeza del fuego por su virulencia.


Las llamas, según determinó Medio Rural, quedaron controladas a las 11.03 del uno de septiembre. A partir de ese momento, hasta su liquidación efectiva dos días después, se realizaron tareas de refresco del perímetro para evitar reproducciones.
La posterior lectura del incendio en la que los expertos analizan indicadores como la dirección de las llamas, el grado de abrasamiento de los combustibles para confirmar el sentido de propagación permitió determinar el área de inicio.

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