Una reforma acaba con las grietas y los socavones en el puente de Piñeira

Una brigada de operarios municipales concluyó la obra de reforma y apuntalamiento de un puente sobre el río Limia en la aldea de Piñeira Seca, cuya estructura estaba llena de grietas y socavones.
El puente, construido a mediados de los años 70 durante los primeros trabajos de concentración parcelaria, fue reforzado con placas de metal y con hormigón en su parte superior para prevenir un posible derrumbe parcial, una posibilidad que había alarmado a los vecinos de la zona durante los últimos meses. Los trabajos, que tuvieron un coste de 25.000 euros, obligaron a cortar al tráfico el puente durante más de un mes. El alcalde pedáneo de la aldea, Amador Díaz, se mostró satisfecho con las obras realizadas, aunque lamentó que el concello hubiera tardado tanto tiempo en hacer los trabajos.


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