La psicóloga y colaboradora de la Escola Rural de Saúde da Limia, Rosa Trujillo, presentará hoy a las 18,00 horas en la Casa de la Cultura un pequeño cortometraje -“El Amanecer”- sobre experiencias y sentimientos en el confinamiento. A través de la mezcla de la poesía -elaborada por la propia psicóloga- y la danza -por Ariana Pirela- se atraviesan varias etapas hasta llegar a la contraposición de la noche y del día: “La noche pasará y vendrá el día. Creeremos haber tenido un mal sueño”. Ambas profesionales realizaron esta pieza audiovisual que hoy se exhibirá en Xinzo. Trujillo presta también asesoramiento como psicóloga a las personas cuidadoras de A Limia, un colectivo muy amplio en la comarca.
¿Qué se pretende transmitir con “El amanecer"?
Es un cortometraje muy humilde que hemos hecho Ariana Pirela, de orígenes limianos como yo, aunque ella colaboró desde Canadá. Previos al confinamiento, ya se hicieron muchos talleres en el rural propuestos por la Escola Rural sobre esta cuestión. Básicamente el corto es una experiencia personal del confinamiento. Éste implica una reclusión que cada cual vive a su manera. Dentro de la poesía se habla de la noche y del día: la noche en representación del confinamiento, y la reflexión. Aparecen en el vídeo Xinzo, Damil, el Amazonas venezolano y Canadá.
Colabora con la Escola Rural de Saúde da Limia desde hace más de un año.
Sí, y es una función verdaderamente extraordinaria. Yo trabajo con ellas en la planificación de los talleres que se les imparte a las cuidadoras de personas dependientes. Se pretende también formarlas y abrirles el camino universitario.
También les presta atención psicológica.
Si ellas la requieren se les da también una orientación, claro que sí. Recuerdo algún caso de una cuidadora tocada emocionalmente por el riesgo de muerte de la persona que cuidaba. Se le prestó atención.
¿Cómo definiría el perfil de las personas cuidadoras en la comarca de A Limia?
Llevan a cabo un papel muy importante. Hay mucha gente que está sola y que requiere de una persona que le apoye y le atienda. Hablo de cuidadoras contratadas por el Ayuntamiento o profesionales individuales. A veces ellas se sienten mal porque no son reconocidas ni económica, ni psicológicamente. Nosotras tratamos de fortalecer su autoestima.
No se valoran como se debe.
Muchas veces lo que reciben es una paga ínfima y no hay que olvidar que una cuidadora se puede contagiar de cualquier enfermedad. Es un trabajo muy exigente, a veces tienen estrés traumático. Creo que el reconocimiento social favorecería que se sintiesen bien, no todo es el dinero.n
