El rural prepara su relevo en Xinzo

Un año más la finca que el Inorde tiene en el término municipal de Sandiás acoge un curso agrario para jóvenes en situación de desempleo. Además, lo que cultiven tendrá fines solidarios: se donará a los comedores de Cáritas.

La sensación de libertad, el buen ambiente y la posibilidad de adquirir recursos y conocimientos para producir cultivos propios son sólo algunos de los motivos que han llevado a 10 jóvenes a participar, durante los próximos cinco meses, en un programa de formación agraria promovido entre el Inorde y Cáritas en la finca propiedad de la Diputación de Ourense en Sandiás. Hasta allí se desplazó este jueves el presidente del Instituto Ourensano de Desarrollo Económico, Rosendo Fernández, con el objetivo de dar la bienvenida a los nuevos integrantes de este curso que, además, tiene una vertiente social y es que, por un lado, pretende formar a jóvenes que, por su situación personal o laboral, necesitan apoyo y, por el otro, derivará lo cultivado a comedores sociales de Cáritas en Ourense -el año pasado se donaron alrededor de 30.000 kilos de patata-. 

En 2019 se donaron de la finca del Inorde 30.000 kilos de patatas y productos de huerta a Cáritas

Durante las primeras jornadas de trabajo, que fueron precedidas de una formación teórica, los participantes en el curso han aprendido, entre otras técnicas, a entubar los sistemas de regadío de la finca de ensayo de la Diputación y, además, crearán su propio huerto en el que cultivarán otro tipo de productos estacionales de la tierra: repollo, brócoli, puerro o coliflor. Una vez finalice la formación agraria, recibirán un título del Inorde avalado por el Fondo Social Europeo. 

El presidente del Inorde, Rosendo Fernández, aseguró que tras esta 18 edición del curso se pretende potenciar, todavía más, la iniciativa. "En estos momentos que vivimos le damos más importancia, si cabe, a este tipo de actividades sociales. Es de destacar que el año pasado se donasen más de 30.000 kilos de patata. Es un estímulo porque cumplimos una doble misión: ayudar a Cáritas y que muchas personas en situación de desempleo se vayan para empresas porque ya tienen el aval y el título del Inorde", explicó Rosendo Fernández. 

Destaca, por otro lado, la presencia de alumnos de distintas nacionalidades: portugueses, españoles o ecuatorianos. Precisamente, Natalia Tapia, de 24 años de edad, llegó a Xinzo procedente de Ecuador hace dos años y asegura que esta formación supone una ayuda muy importante a la hora de poder criar a sus dos hijos. "Un amigo que hizo el curso el año pasado me dijo que estaba muy bien y me animé a participar. Cobro una pensión y esto me ayuda a completarla", asegura. "El trabajo es suave, dicen que para adelante vienen cosas más fuertes pero de momento bien", añade entre risas. 

Jennifer Rodríguez, que ya participó el año pasado, repite experiencia. "Gústame todo de traballar no campo, sobre todo, estar ao aire libre. Fai un pouco de calor pero lévase ben", cuenta la alumna. "A mí me gusta mucho estar aquí. Lo que más me gusta es cosechar las patatas. Además, todos nos llevamos muy bien", añade Alejandro Pérez.

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