La feria regresó a la capital antelana un día antes de lo previsto -tradicionalmente suele celebrarse cada 14- y en un emplazamiento provisional, al menos, hasta que se supere la pandemia del covid-19 o los científicos descubran una vacuna para hacer frente a esta enfermedad. Así lo acordaron feriantes, Policía Local y Concello tras varias reuniones celebradas en la Casa Consistorial a lo largo de esta semana. La afluencia, no obstante, fue menor de la esperada debido a las precipitaciones que, desde primera hora de la mañana, se registraron en la villa, aunque las sensaciones de los feriantes fueron buenas al poder recuperar los puestos de textil, música o calzado por primera vez tras el estado de alarma. Una vez más, Policía Local y Protección Civil velaron por el cumplimiento de las normas de seguridad -distancia social y suministro de gel hidroalcohólico a la entrada y salida del recinto-.
El mercado se extendió por la explanada de O Toural y por las calles Carmen Novoa y Alexandre Bóveda, en lugar de la plaza Mayor o la calle de San Roque. En este sentido, fue más fácil que los asistentes mantuviesen la distancia interpersonal. Se espera un mayor número de puestos para la feria del próximo 27 de junio.
