A LIMIA

Trasmiras limita el tráfico pesado en pistas y caminos

La intensa circulación de camiones y turismos provoca el deterioro de las vías de servicio agrícola

El Concello de Trasmiras destina cada año alguna de las partidas de los planes provinciales o de las ayudas de fondos europeos a la reparación de un tramo de carretera de poco más de tres kilómetros entre los núcleos de Moreiras y Abavides. Sucede que esa pista asfaltada y recta soporta un tráfico excesivo para las condiciones técnicas de la vía. La razón es que el camino se ha convertido en un atajo para el tránsito de camiones y vehículos particulares que tienen destino o proceden de una parte de los vecinos concellos de Cualedro, Xinzo y Baltar. Trasmiras está atravesado por la N-525 y la A-52, carreteras del Estado, de alta capacidad, de las que se beneficia pero con las que también sufre. Numerosas pistas construidas para dar servicio a explotaciones agrarias y ganaderas o a las poblaciones de pequeños núcleos rurales son utilizadas por vehículos de transporte pesado para ahorrar kilómetros.

El caso de la pista de Abavides se repite en otros tramos de los más de 220 kilómetros de pistas de la parcelaría distribuidos por el concello. Por ejemplo, en la conexión entre Vilaseca y la N-525 o entre Viladerrei y San Andrés. Para este último ya hay prevista una nueva inversión de 52.000 euros que se ejecutará antes de final del año.

"Trasmiras ten cinco concentracións parcelarias e centos de quilómetros de estradas que requiren un mantemento que se fai imposible se non se regula o tráfico. Hai pistas que rebentan, cheas de fochancas, polo paso dos camións", explica el alcalde, Emilio Pazos, que hoy llevará al pleno una ordenanza municipal para limitar el uso de caminos, pistas, carreteras y viales públicos. Regulará la circulación, también los pasos peatonales, de agua, la limpieza de cunetas o las ubicaciones para la carga y descarga. Incluirá sanciones -aunque el alcalde prefiere no hacerlas públicas hasta que se apruebe la ordenanza-.

De la vigilancia se encargará la Guardia Civil local, y será el Concello el que multe. También exigirá una nueva señalización. Un gasto que el alcalde considera que repercutirá en un ahorro en repa- raciones. "Se non poñemos orde, saímos todos perdendo; os primeiros, os veciños, porque eses camiños se fixeron para darlle servizo ás aldeas", incide Pazos, que sigue empeñado en racionalizar el gasto público y proteger el bolsillo de los vecinos -quiere rebajar el recibo del agua y también el IBI-. "Se aforramos en estradas, os cartos poden ir a outras cousas", dice.

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