A LIMIA

La venta de patata protegida rozó los 6,5 millones de kilos

El presidente, Guillermo Budiño, dijo que en siete días terminará la siembra de los productores amparados

La comarca está inmersa en la siembra de patata, su principal factor productivo, desde principios de este mes de mayo. Los trabajos comenzaron antes en las zonas más arenosas de la llanura limiana -Vilaseca y Boado- y, a pesar de que las inundaciones mermaron en un primer momento la expectativas de los agricultores, lo cierto es que el clima favorable de las últimas semanas y los precios bajos en el kilo de la patata del sur, han levantado los ánimos en el sector.

Los productores que trabajan bajo el sello de calidad de la Indicación Xeográfica Protexida Patata de Galicia -alrededor de 60 de toda la comunidad autónoma- no son ajenos a estas circunstancias y, según adelantó su presidente, Guillermo Budiño, está previsto que durante la próxima semana terminen los trabajos de siembra de kennebec, puesto que en la actualidad, están ya plantadas el 50 por ciento de las hectáreas totales de las que disponen. "Nuestros agricultores tienen plazo de declaración hasta el 31 de julio, por lo que todavía no podemos conocer con claridad lo que está sembrado y sin sembrar, pero sí hacer una estimación", explicó Budiño. "Pero algunos de los que suelen sembrar un mayor número de fincas ya las tienen listas", añadió. 

El titular del Consello Regulador también hizo referencia a "las buenas condiciones" con las que se están realizando los trabajos de plantación. "Empezamos, en la mayoría de los casos, con unos 15 días de retraso, pero el tiempo parece que va a respetar. Se prevé ahora algo de lluvia pero no creo que sea mucha", dijo el presidente. "Se ve que tanto la semilla como el terreno están muy bien. Los terrenos parecen estar castigados por la sequía pero hay que tener en cuenta que la patata está bajo tierra, tiene la raíz más profunda", añadió. 

En todo caso, se prevé que se siembre más cantidad de patatas que con respecto a la campaña 2017/2018, en la que se comercializaron unos 6,5 millones de kilos de patata certificada -1,5 millones más que el año anterior-. 

La cruz de la moneda se encuenta en la cosecha de trigo de invierno y de primavera. "Se tiene que criar a finales de junio y principios de julio, y el cereal está más arriba que la patata, en la parte que se seca primero de los terrenos. Tiene raíz superficial", matizó Budiño. "La cosecha del cereal de primavera puede tener problemas, en el de invierno tenemos de todo: fincas que se llevó el agua y otras que están en condiciones excelentes", añadió. 

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