La Xunta constata la presencia en las areneras de estos animales, que se ha asilvestrado y reproducido

Visones que supervivieron tras la suelta en una granja limiana amenazan la fauna local

Un vecino de Xinzo captura uno de los visones liberados hace dos años de una granja en Damil. (Foto: Archivo )
Visones liberados en 2006 en una granja de Xinzo se ha asilvestrado y reproducido en A Limia, según constataron técnicos de la Xunta. Medio Ambiente confirmó que suponen un serio peligro para la fauna local.
Visones americanos asilvestrados, una especie ‘invasora’ que supone un peligro para la fauna local, han aumentado notablemente en los últimos dos años, según constató la Consellería de Medio Ambiente.

Esta presencia ha ido a más desde la suelta masiva hace casi dos años de estos animales en una granja de Damil, en Xinzo. Más de 300 de esos visones nunca fueron recuperados. Ahora se tiene la certeza de que un número significativo de ellos sobrevivió, se asilvestró y se reprodujo. El responsable provincial de Conservación da Natureza de la Consellería de Medio Ambiente, Agustín Sevilla Briceño, ratificó que ‘se han detectado visones en zonas como las areneras recuperadas de Sandiás. Es un animal muy difícil de capturar’.

Sevilla valoró que ‘esta especie es muy peligrosa para la fauna local, no sólo la silvestre, ya que en ocasiones puede atacar gallineros. A raíz de la suelta de Damil su número ha crecido’.

Capturas


Este responsable de la consellería expuso que los animales capturados en zonas como A Limia son trasladados al centro de fauna salvaje de O Rodicio, pero que ‘es un problema no exclusivo de la provincia de Ourense, sino en otros puntos de Galicia, sobre todo a raíz de sueltas de visones en granjas’.

Ataques a gallineros


En una aldea cercana a Damil, Rebordechá, se certificaron ataques de visones a gallineros casi medio año después de la suelta de noviembre de 2006.

La suelta de los animales produjo a los propietarios de la granja pérdidas estimadas en casi 100.000 euros. Los propietarios de la granja lograron reflotar la empresa, que sigue a plena actividad, pero durante meses tuvieron que dormir en las propias instalaciones por temor a que se pudieran reproducir otros actos parecidos. La suelta de los animales fue reivindicada en su día por un grupo de ecologistas radicales.

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