DEMOGRAFÍA

Xinzo tiene los únicos trillizos nacidos en Ourense en 8 años

Trillizos de Xinzo
photo_camera Rudio Llusmane, Aarón Llusmane, Leo Llusmane, Danay Hernández y Liam Llusmane en su casa de Xinzo.

El dato contrasta con la sostenida pérdida de población en el municipio, que bajó hasta 9.836 vecinos

Cuando Danay Hernández acudió a hacerse la tercera ecografía rutinaria de su primer embarazo de gemelos, descubrió, con sorpresa, que dentro de su vientre se escondía otro bebé más. Llegó a España, procedente de Cuba, hace poco menos de un año y para visitar a su hermana, que vive en Xinzo, pero la vida tranquila de la capital limiana la conquistó a ella y a su marido, Rudio Llusmane -quien realiza pequeños y diversos trabajos para los que le van llamando y hasta que encuentre uno definitivo-, y decidieron no regresar a su país.  

Aarón, Leo y Liam nacieron hace siete meses en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, logrando un dato excepcional: son los únicos bebés trillizos alumbrados en la provincia en los últimos ocho años -para buscar los anteriores hay que remontarse a 2011 y a 2008-. "Me atendieron muy bien en el CHUO desde el principio hasta el final. No tengo queja ni de médicos ni de enfermeros, todos me trataron muy bien", recuerda Danay, quien reconoce que cuando fueron conscientes de que Aarón se escondía en otra bolsa distinta a la de los gemelos Leo y Liam no supo si lloraba de emoción o de incertidumbre. "Tanto en mi familia, como en la de Rudio hay gemelos, se ve que es algo genético. Aun así, yo estaba preparada y concienciada para tener dos", dice entre risas. 

Los trillizos nacieron un mes antes, por lo que tuvieron que quedarse ingresados unos 15 días más. "El parto fue por cesárea y planificado. El proceso duró unas dos horas, fue tranquilo, aunque bastante cansado. Leo pesó 1,900 kilogramos, Liam, 2,100 kilogramos y Aarón, 2,200", matiza la madre. "El equipo médico era muy grande, había como unas 12 personas", añade. 

A pesar de la felicidad que le han dado sus tres hijos, Danay no oculta que se trata de un trabajo importante y de una responsabilidad innegable. "El día a día es complicado, es una tarea difícil. A veces, uno duerme, los otros no. Otras, uno toma leche y quizás a los demás no les apetece", reconoce. "Lo peor son las noches, que no dormimos", añade. Y es que tanto ella, como Rudio, no pueden mantenerse con los ojos cerrados más de cuatro horas seguidas. 

Otro de los entresijos de la situación está en tener que multiplicar todo por tres: carritos, baberos, biberones y todo lo que puede necesitar cualquier bebé. Los padres han ingeniado una cuna en la que puedan dormir los tres sietemesinos. Por otro lado, es prácticamente inviable que ambos puedan salir a pasear solos, ya que disponen de un carrito doble y otro individual. 

Pese a todo, a Danay no se le quita la idea de ir a por las niñas, un deseo que comparte su marido. "Si pudiera tener una niña, mejor", dice Rudio, que también acusa la falta de sueño. "A veces duerme un ratico ella, otras yo. Cuando el médico nos dijo que venían tres y no dos, la alegría fue grande pero pensé ¡Dios, eso no es fácil", añade. 
Cáritas y la Iglesia de Xinzo colaboran con esta familia cubana en sus primeros meses en la villa. También la hermana de Danay. "¡Estamos muy agradecidos!", dice la mamá.n

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