Mostra internacional de teatro

Beto y Tornillo, acróbatas de barrio

uploaded_uploaded_malab_result
photo_camera Roberto Carlos Rodrigues vuela por los aires con la ayuda de Dani Fausto.

Ellos son los protagonistas de "Malabreikers", un espectáculo multidisciplinar que sigue teniendo éxito 13 años después de su estreno

El estreno del espectáculo "Malabreikers" fue a finales del año 2005. Solo unos meses después, se alzaban con el premio Off del Festival de Valladolid. "Ahí fue cuando explotamos". Así lo explica Daniel Sánchez, más conocido por su nombre artístico, Dani Fausto. "La gente del mundillo tiene muy buena memoria", bromea el acróbata. Desde hace 13 años, los Malabreikers han dado cientos de bolos con un proyecto austero. "Teníamos muchas ganas de hacer cosas, pero apenas contábamos con recursos, por eso trabajamos el ingenio y la imaginación.

Esta función es minimalista y básica: no tenemos escenografía, solo somos dos tíos en chándal y jugando con un monociclo", recuerda Fausto. Hoy mostrarán al público de la MIT sus acrobacias, malabares y break dance, a las 20,30 horas en la Praza Maior de Ribadavia. 

Las caras visibles de "Malabreikers" son Fausto y Roberto Carlos Rodrigues, que dan vida a Tornillo y Beto, "dos chavales de un barrio de extrarradio de cualquier ciudad", y a los que no les va muy bien: "Tornillo está en el paro después de ser despedido de un taller y Beto es un joven sin papeles". El espectáculo se construyó a partir de "imaginarnos unas canchas de baloncesto, donde ellos quedan y hacen break", recuerda el acróbata. Esta obra está enfocada desde la comedia, a raíz de la cual se ponen en práctica "acrobacias, malabares y técnicas de clown, muy bien dirigidas por nuestro querido Rolando San Martín", dice Fausto. Esta no es la primera vez que  los dos acróbatas de "Malabreikers" trabajan juntos. Ya lo hicieron como figuración especial en "El rey que rabió" que durante dos temporadas de invierno se mantuvo en el Teatro de la Zarzuela. 

Gracias al humor y su técnica- "Roberto se formó en la Escuela de Circo de Río de Janeiro y yo soy básicamente autodidacta"-, han conseguido "mantener fresco el espectáculo estos años. Que siga siendo gracioso es muy difícil, pero la clave está en que nos reímos de nosotros mismos".

Te puede interesar