Crónica

Modesto Seara, natural de Allariz, rector de 18 campus en México

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photo_camera Modesto Seara recibió en marzo el Premio Galeguidade, de la Enxebre Orde da Vieira.
El ourensano Modesto Seara Vázquez (Allariz, 1931) ejerce a sus 89 años como rector de las diez universidades y 18 campus que constituyen Suneo, el Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca, en México.

Modesto Seara es una autoridad académica en México y un referente internacional, por su trayectoria en el país y por el original modelo que ha utilizado para desarrollar Suneo, el Sistema de Universidades Estatales del estado mexicano de Oaxaca.

En 1988 recibió la llamada del entonces gobernador del estado de origen de la cultura zapoteca, Heladio Ramírez, para hacerle un encargo que parecía reñido con la economía y hasta con la naturaleza. Consistía en situar universidades y campus en una zona de gran aislamiento, sin comunicaciones ni otras infraestructuras, en pleno páramo, y en uno de los estados más pobres y deprimidos de México.

El gobernador conocía bien el grado de formación y la capacidad de trabajo del alaricano, que había sido su profesor en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). "Me encargó el proyecto y lo dejó en mis manos hace ahora 32 años. Lo elaboré y lo dirijo desde entonces, con los sucesivos gobernadores, que me confirmaron como rector y me pidieron continuar ampliando las universidades. En la actualidad suman el número de diez, con un total de 18 campus, más el 19, que está en fase avanzada de construcción", precisa Modesto Seara. El terreno raso fue cobrando vida y hoy Suneo da formación universitaria a una media anual de 11.500 alumnos, que pueden elegir entre una oferta de 87 carreras y 41 posgrados.

Un centenar de carreras

En zonas pobres e inhóspitas de Oaxaca, de difícil acceso, el estudioso ourensano del Derecho Interplanetario levantó un complejo que incluye facultades de casi un centenar de carreras, 30 institutos de investigación, 185 laboratorios, un parque tecnológico, una clínica universitaria, el centro de capacitación turística de Oaxaca, el Museo de la Diversidad, jardines botánicos, estaciones sismológicas y 13 librerías que están estratégicamente situadas en el centro de las poblaciones que circundan los campus, para conectar cultura y población. 

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El fenómeno del Suneo es objeto de estudio en numerosos países y ha cosechado reconocimientos más allá de Latinoamérica, en especial en Europa y Asia. "Es un modelo que desarrollé en Oaxaca, apoyándome en mi experiencia como estudiante de la Universidad Central de Madrid (la actual Complutense) y de la Universidad de París (Sorbona), y como profesor en la University of Utah (Salt Lake City) e investigador en Berlín Occidental y otras estancias más cortas en Londres y en Ginebra, así como en mis treinta años como profesor de la UNAM, donde fundé la división de postgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y el Centro de Relaciones Internacionales", recuerda.

Las universidades que integran el Suneo destacan en diferentes ramas en las que reciben las mayores puntuaciones por los organismos federales de control de calidad (Ciees y Ceneval).

Aunque los centros que dirige son el gran referente mexicano en formación del profesorado, Modesto Seara relata con orgullo los recientes logros de sus universidades en otras titulaciones de prestigio: "Por ejemplo, en la última evaluación de las carreras de Enfermería, titulación que ofrecemos en seis de nuestras universidades, cinco de  ellas obtuvieron los puestos primero, quinto, sexto, décimo y decimoquinto, de 114 universidades que compitieron a nivel nacional. Y en computación y ciencas empresariales, hemos conseguido primeros lugares a nivel mundial y dentro de América Latina", detalla.

Todo el profesorado trabaja a tiempo completo y es obligatorio que se dediquen a investigación, no solo a docencia. Un total de 187 profesores del Suneo tienen el reconocimiento de miembros del Sistema Nacional de Investigadores.

A sus 89 años, el profesor alaricano sigue entregado a su proyecto profesional y vital. Continúa ejerciendo el cargo de rector y cada día visita y duerme en la residencia de uno de los 18 Campus que actualmente está dirigiendo.

Y tampoco descuida su faceta de investigador y divulgador. En plena pandemia, ha coordinado con profesores de universidades de varios continentes un libro que analiza los efectos "globales" de la crisis del coronavirus. "Tengo muchos proyectos académicos personales, sobre todo de investigación y publicaciones, que puedo realizar mejor si comparto mi tiempo entre Oaxaca y Galicia", concluye.

“Vine por dos años, pero siempre regresé a México"

Hijo de ourensanos de Santa Eulalia de Urrós (Allariz) y de O Xen de Abaixo (A Bola), Modesto Seara residió en Allariz con sus padres y sus tres hermanos, antes de formarse en Madrid y París. Se licenció en derecho en la Complutense y se doctoró en la Sorbona, con una tesis que captó el interés de Le Figaro y de la radio pública francesa.

"Llegué a México el 16 de julio de 1960, con el propósito de permanecer solo dos años y regresar a Francia, ya que había empezado a trabajar en un puesto académico modesto en la Sorbona, pero desde el principio me introduje mucho en la vida de este país. Así que, a pesar de haber vivido fuera  varias veces, en Estados Unidos, España y Alemania, siempre volví", matiza. 

Ha impulsado convenios de colaboración entre el Suneo y las universidades gallegas , pese a que "México se ha orientado mucho hacia los modelos universitarios de Estados Unidos, ya que las dudas que han surgido en Europa sobre  el Plan Bolonia le han hecho perder aquí atractivo".

“Hay un deterioro general de las estructuras sociales"

Más que de crisis sanitaria y económica de la pandemia, Modesto Seara habla sin rodeos de "crisis global". Recuerda que la actual "no es coyuntural como otras", sino que estamos ante "una crisis estructural sistémica y multidimensional gravísima, que viene de atrás y debería hacernos reflexionar sobre lo precaria que es la vida de los humanos en el planeta".

Después de dedicar varios meses al estudio y análisis de los efectos de la pandemia, junto a otros autores internacionales de artículos académicos, lanza un claro mensaje de advertencia: "No se trata de hacer profecías apocalípticas, sino de llamar la atención sobre los peligros que entraña continuar viviendo más allá de la capacidad de sustentación. Estamos consumiendo más de lo que produce el planeta; es decir, estamos viviendo del capital, en lugar de limitarnos a los intereses. Pero, además, hay un deterioro general de todas las estructuras sociales, que está llevando a una conflictividad social explosiva", avisa.

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