Sucesos en Ourense | Un atraco en Allariz haciendo eses

photo_camera Una mujer en estado de ebriedad atracó una farmacia alaricana.
Atracar una farmacia bajo los efectos del alcohol no parece la estrategia más óptima. Bien lo sabe la mujer de 36 años que el pasado lunes trató de robar en una botica en Allariz, consiguiendo no solo no llevarse nada de valor sino también que la detuviesen. 

Aunque a los comerciantes de Allariz no les cabe duda de que trabajan en una villa muy segura, el lunes algunos negocios sufrieron un inesperado “atraco”. Una mujer de 36 años natural de Colombia, pero residente en Xinzo de Limia, entró en varios establecimientos con el ánimo de robar.

Primero acudió a un bar donde se apropió de un móvil que estaba en una mesa y tras ello, accedió a una farmacia de la calle Piñeiro con las mismas intenciones. Sin embargo, lejos de la imagen mental que podría tener un propietario de un atracador, la detenida entró comportándose de forma extraña. Según indicaron testigos presenciales, la mujer estaba bebida. No reaccionaba a los estímulos y “parecía que ni siquiera sabía donde estaba”, señaló una comerciante. 

En el momento del suceso, la propietaria del establecimiento estaba de espaldas. Entonces, la ebria protagonista la agarró y la amenazó con un objeto no identificado. La farmacéutica no necesitó ayuda para conseguir soltarse, ya que era poca la fuerza que estaban ejerciendo contra ella. 

La implicada no consiguió llevarse nada, sino que salió corriendo y entró en otro bar para ejecutar el mismo comportamiento. “Venía mal y no controlaba su voluntad, deambulaba por los negocios, vino a la farmacia a llevarse lo que pudiera encontrar”, indica  la propietaria.  Por su parte, la Guardia Civil de Allariz la detuvo a primera hora de la tarde como presunta autora de un delito de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa. A lo largo de su odisea únicamente consiguió apropiarse de un teléfono móvil. Pasó a disposición del Juzgado de guardia de Ourense. 

Aunque los atracos son más comunes en la ciudad, en el caso de Allariz “fue un caso aislado, no ocurren estas cosas en el pueblo”, opina la dueña de la farmacia.

“No venía con ningún objetivo, entró desorientada y no sabía que coger ni que decir, aunque nos sujetó no sabía  lo que quería”, relata.

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