La burra que sobrevivió para tocar conciencias

Trinidad, una burra de 15 años, fue dada por muerta en 2018 y apareció abandonada en Sandiás a comienzos de octubre. Tras recuperarla, la Asociación Andrea ha solicitado su titularidad y pide más conciencia social y política contra el maltrato animal.

A Trinidad “la mataron”, pero ella, aún con el sufrimiento de verse desnutrida, maltratada, abandonada y prácticamente sin poder andar; no se dio por vencida. Tenía que sobrevivir para tocar alguna que otra conciencia y poner de manifiesto el desamparo que padecen los animales de gran tamaño, desvalidos, que no encuentran en Galicia lugares apropiados suficientes para poder rehabilitarse o una normativa clara al respecto. 

La historia de esta asna de 15 años de vida es protagonista de una historia triste a la par que inesperada. Un nuevo capítulo de maltrato animal que revela la apatía que todavía existe a la hora de cuidar, proteger y ayudar a un ser de cuatro patas. 

Sin embargo, en toda historia triste, siempre subyace un halo de luz. En este caso fue la Guardia Civil de Xinzo -que levantó el acta- y, sobre todo y una vez más, la Asociación para la defensa de los Asnos, Andrea; que no miraron para otro lado tras descubrir a esta burra abandonada a su suerte en Sandiás. “Nos llamó la Guardia Civil de Xinzo diciéndonos que estaba muy mal y que se encontraba en la zona de las areneras”, recuerda David Lema, presidente de Andrea y responsable de Bienestar Animal en la asociación, que dio pautas a los agentes para la comprobación del microchip del animal y ofreció la ayuda de su entidad. Debido a que la Guardia Civil limiana no pudo aportar en aquel momento un lector -según las fuentes consultadas el Seprona, que sí dispondría de este aparato, no habría podido acudir- y el Concello de Sandiás “a pesar de buscar” -en palabras del regidor, Felipe Traveso- sin éxito un lugar para resguardar al animal, Andrea decidió hacerse cargo, en un principio, de forma provisional: “No podíamos dejar a un animal tirado, sin agua, en medio de la nada, con heridas de consideración y un dolor increíble en las patas”, asegura Lema. 

Tras la petición del Concello de Sandiás, una veterinaria de la Xunta acudió a Allariz -sede de Andrea- para pasar el lector: “Para sorpresa de todos, marcó microchip. Nos quedamos con cara de póquer”, cuenta el presidente de Andrea. “La burra estaba documentada en un Registro de Explotación Ganadera  en Zamora y el dueño la había dado de baja por muerte en 2018. Nos dijeron, al día siguiente, que se investigaría el caso y que nosotros tendríamos que correr con todos los gastos veterinarios”, añade. El expediente se pasó desde la Xunta a la Junta de Castilla y León y, según Andrea, ahora mismo se está investigando lo ocurrido y cómo pudo llegar el animal hasta Sandiás. 

La asociación alaricana, por su parte, ha pedido la titularidad de la burra para preservar su salud y su vida: “El animal tiene la tercera falange de dos pezuñas totalmente rotada y con hundimiento. Podría haberle salido el hueso por debajo de la pezuña”, relata Lema. “Esto no ha sido de un año para otro. Este animal puede llevar unos diez años penando. Es increíble”, añade. 

Gracias a los cuidados dados desde la asociación, Trinidad se está recuperando y un veterinario le colocó un herraje ortopédico -que hay que cambiarle cada dos meses-, por lo que ya camina mejor. “Por la vida ya no tememos, pero todo va con calma. Le hemos dado piensos especiales y ahora se quedará con nosotros para siempre”, asegura David Lema. “Lo que más me duele es que llevamos viviendo este tipo de situaciones muchos años y las cosas no cambian. Hace falta más conciencia, sobre todo, política. Ojalá todo esto termine con una sanción disciplinaria para que se vaya tomando nota y a ver si entre todos conseguimos una sociedad más sensible en estos temas”, añade el voluntario.

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