La Fundación Andrea, ubicada en Allariz, encontró un nuevo cometido al grupo de burros que cuida en el pastoreo y limpieza de grandes superficies de monte controlando con GPS sus movimientos.
La veintena de burros que perviven en la aldea de San Salvador dos Penedos, en el concello de Allariz, al cuidado de la Fundación Andrea, ampliaron desde ayer sus responsabilidades. Tendrán el cometido de pastorear cerca de mil hectáreas de monte alaricano, sin que sus andanzas afecten a las huertas ni al tráfico rodado de la zona. Hasta ahora, el grupo de animales, la mayoría rescatados por Andrea y el resto nacidos en San Salvador, pastoreaban zonas acotadas y próximas al núcleo de población. Ahora tendrán a su disposición una buena parte del monte alaricano, más de mil hectáreas de las parroquias de San Salvador, Paicordeiro, Penamá y Penaflor, según calculaba el concejal de Medio Ambiente de Allariz, Bernardo Varela.
Hasta ahora desarrollaban esta actividad en fincas pequeñas, cerca del pueblo y que se podían acotar, porque si lograban salir de las mismas, muchas veces acababan en huertos particulares o podían generar problemas al tráfico rodado en las carreteras de la zona. Para poder ampliar la superficie, el presidente de la Fundación Andrea, David Lema, explica que se les ocurrió establecer un control de los movimientos de los burros a través de las nuevas tecnologías y el GPS. Se estableció un perímetro y si la manada lo traspasa, salta una alarma que llega a la Fundación a través del móvil, lo que permite reaccionar rápido y reconducir al grupo de burros hacia su zona.
Blanca y Esperanza son los nombres de las dos burras que llevan el GPS. "Ellas son las más viejas y las líderes de la manada y los 15 animales restantes siempre las siguen, por lo que controlándolas a ellas, también tenemos controlado al resto", explica David.
Bernardo Varela señala el hecho de que la llegada hace casi siete años de la Fundación y de los animales permitió recuperar la aldea de San Salvador dos Penedos, que estaba abandonada. Luego, pusieron el marcha el proyecto de terapia para personas con discapacidad. A mayores, hoy en día se comercializa en Allariz jabón elaborado con leche de burra. Y ahora completan el cierre de este círculo manteniendo limpia una zona con una gran riqueza ambiental y arqueológica y que es Reserva de la Biosfera.
Los burros "se mueven en grupo por el monte, son muy dóciles, vienen siempre que los llamas y además, no modifican el entorno, es decir, no derriban los vallados ni causan destrozos", explica David. "Son más arbustivos que herbívoros y hemos comprobado que se mueven más por el monte bajo que por los prados y esta zona de Allariz ofrece unas condiciones óptimas para estos animales, pues necesitan mucha cantidad de lignina y celulosa, procedente de arbustos, ya que es fundamental para que hagan bien su digestión".
Recuerda el presidente de Andrea que en su momento propusieron a las administraciones la posibilidad de pastorear el monte con sus burros, "pero no les interesó y hoy en día, países como Francia y Holanda lo hacen de forma habitual". El concejal Bernardo Varela apunta, por su parte, que "este es un ejemplo de que se pueden combinar las últimas tecnologías con el sector primario y el cuidado del entorno natural, conseguir un equilibrio entre el medio y la naturaleza, que es el objetivo de la Reserva de la Biosfera."
Andrea cuida un total de 17 animales en San Salvador dos Penedos, la mayoría rescatados del abandono y unos pocos nacidos aquí. A ellos hay que añadir otro medio millar de animales que la Fundación repartió por toda Galicia. "Nosotros los recogemos, los rehabilitamos y luego los damos en adopción. Entregamos una media de 35 al año y hasta el momento sólo nos han devuelto uno", concluye satisfecho David Lema.
