El campo de A Barreira, con menor alboroto y concurrencia que en las ediciones veraniegas, albergó ayer una nueva edición del mercado alaricano. El cambio de modelo propuesto este año por el grupo de gobierno municipal que preside Cristina Cid de pasar las ferias tradicionales de los días 1 y 15 de cada mes a todos los sábados, manteniéndose en los exteriores del Monasterio de las Clarisas como pedían los feriantes, parece haber calado entre vendedores y clientes. Y más en tiempos de pandemia, cuando la actual situación epidemiológica ha dejado casi vacío el calendario de este tipo de eventos en la provincia. "Se agradece que mantengan la feria", coincidían varios de los asiduos a la Barreira.
El de la villa del Arnoia es de los pocos mercados que se mantiene activo y seguirá así mientras la situación actual no empeore (Allariz está en nivel 2 de alerta). "O ambiente foi bo. Hoxe, desafortunadamente, non temos aglomeracións. Á xente maior cústalles saír da casa porque ten medo e tamén nótase que os concellos de ao redor están pechados", describía la concejala de Promoción Económica, María López, quien asegura que "de momento, salvo cambios na situación, manteremos a feira. Con moita cautela e precaucións".
Se da la paradoja que los feriantes, que durante las primeras semanas tras el cambio de fecha se negaron a participar en el mercado municipal, tienen ahora en Allariz un aliado donde poder desarrollar su actividad profesional. La concejala de Promoción Económica hacía énfasis en la importancia de fomentar el mercado de proximidad y el consumo de productos locales. "Esta pandemia puxo de manifesto a importancia de consumir os nosos produtos", insistía López.
Desde la Asociación Galega de Ambulantes e Autónomos insisten en que la Xunta no ha prohibido la celebración de los mercados, sino controlar que se cumplen las distancias y aforos. "Si se quiere hacer la feria, se puede y se ve en Allariz y en otros concellos que la están manteniendo. Lo que ocurre es que hay que ponerle empeño y querer que el comercio local vaya para arriba", señalan fuentes del colectivo que señalan que , con las suspensiones, los concellos "nos están prohibiendo trabajar por no hacer ellos su trabajo", decían poniendo a Vigo como ejemplo, donde el Concello ha contratado seguridad privada para controlar los eventos, al tiempo que insisten en que, hasta la fecha, no hay constancia de ningún contagio en las ferias.
