La polémica sobre la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco se coló ayer en el decorado navideño montado por el Concello de Allariz en la explanada de San Benito. Fue la inocentada que cada año realiza un grupo de alaricanos.
Tan esperado es el montaje de los decorados exteriores que desde hace varios años organiza el Concello de Allariz con motivo de las fiestas navideñas, como la inocentada que, el 28 de diciembre, montan en el pueblo un grupo de anónimos bromistas alaricanos. Hace dos años fue el cambio de nombre de las principales calles del casco urbano; en 2017 la ocupación del poblado de San Benito como ciudad de vacaciones y, en esta ocasión, ha sido el Caudillo quien ha puesto la nota de color al Día de los Santos Inocentes en la villa del Arnoia.
La llamada de un vecino a las dos y media de la madrugada puso a la mismísima regidora, Cristina Cid, sobre aviso de las andanzas de este grupo de amigos. "Recibín a chamada dun veciño que me alertaba de que había encapuchados no poboado", recordaba con una sonrisa en la boca la alcaldesa nacionalista quien, pese a entrever que se trataba de la inocentada anual, decidió pasarse por el lugar y ser testigo en primera persona de la ocupación del dictador del singular escenario navideño. Cid no pudo sino felicitar a los autores de una inocentada en la que ella misma es protagonista al aparecer en una imagen con Franco.
La propuesta de 2018 iba más allá del simple montaje fotográfico en San Benito, y se empapeló medio Allariz con un presunto bando en el que -en nombre del Concello- y en aras de "promover e incrementar o turismo da nosa vila" se informaba de la celebración de un pleno extraordinario para solicitar al Gobierno central el traslado de Francisco Franco a la localidad y la celebración de un acto oficial el día de Reyes. Los restos, continuaba el escrito, se depositarían en una nueva construcción del cementerio municipal sobre O Castelo que estaba llamada a ser una réplica del Valle de los Caídos.
Sorpresa y selfies
Tras la sorpresa inicial -y algún que otro enfado que llevó a algún lugareño a querer arrancar la decoración antes de darse cuenta de que se trataba del Día de los Santos Inocentes- el escenario bañado por los colores de la bandera española fue objeto de centenares de fotografías y selfies tomados por alaricanos y también vecinos desplazados desde otros puntos de la provincia de Ourense.
Lo cierto es que esta singular decoración navideña está siendo todo un éxito desde que se puso en marcha en el puente de diciembre. Algunos la consideran la antítesis a la propuesta de Abel Caballero en Vigo que, con materiales reciclados y la maña de los operarios municipales, ha calado en el corazón de los alaricanos y está trayendo una marea de curiosos desde diferentes partes de la geografía gallega.
Prueba de ello son los flujos continuos de visitantes que de lunes a domingo se pueden ver en los distintos escenarios distribuidos desde A Barreira hasta la Alameda, pasando por la Pardo Bazán, la plaza de O Eiró o la de O Matadoiro;así como las decenas de fotografías que estos días están llegando al Concello para participar en el concurso navideño.
