Investigado un párroco de Allariz por abusos sexuales

El Obispado lamenta "el posible daño causado" y  la juez prohíbe al sacerdote acercarse a la víctima 

Un párroco de Allariz, Francisco Manuel M.L., declaró ayer en el Juzgado de Instrucción 1 de Ourense como presunto autor de un delito de abusos sexuales continuados a una joven que era menor de edad cuando ocurrieron los hechos y que formaba parte de su círculo familiar.

La juez que hizo la guardia en Instrucción 1 decretó, a petición del Ministrio Fiscal, la prohibición de acercamiento y comunicación con la perjudicada, domicilio o lugar de trabajo por constar "indicios suficientes de la posible comisión de un delito contra la libertad sexual" y para preservar  la integridad psíquica y física de la misma.

Establece en 200 metros la distancia de seguridad con respecto a ella, su lugar de trabajo y domicilio. En su resolución, tiene en cuenta el relato de la perjudicada, pese a que el sacerdote negó ante la togada los tocamientos bajo amenazas que describe la chica desde que era muy pequeña y que presuntamente duraron más de 10 años.

La perjudicada mantiene que incluso ya siendo mayor de edad, el imputado la acosaba. Según conta en el procedimiento, la denuncia de la mujer está avalada por una investigación del grupo UFAM de la Comisaría de Ourense, que se hizo cargo del caso.


Apartado cautelarmente


El Obispado de Ourense emitió en la tarde de ayer un comunicado para dar a conocer que "apartó" al párroco, al que alude como presbítero con cargo pastoral, "de forma cautelar del ejercicio público del ministerio sacerdotal mientras el procedimiento judicial sigue su curso" tal como exigen los protocolos vigentes de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española.

El propio obispo, Leonardo Lemos, tomó la decisión al considerar la denuncia como "grave situación". El prelado lamenta, "con profundo dolor", el posible daño que se le causó a la víctima y a sus familiares y se pone a su disposición para prestarle la ayuda y el apoyo que necesiten. Lemos es consciente de la "inquietud, preocupación y desconcierto" que se puede generar entre los feligreses de las comunidades en que el párroco investigado ejercía su labor pastoral (Coedo, Queiroás, Valcerde, Zarracós...).

Monseñor también apelaba a la presunción de inocencia, al tiempo que dejó clara su "firme condena y repulsa" por hechos o "cualquier comportamiento que atente contra la integridad física y moral de los menores o personas más vulnerables" La lucha de los padres Los padres de la víctima, cuando supieron en boca de su hija lo que había ocurrido, pero siendo reticentes a denunciar por el dolor y angustia que aun padecía la joven, pusieron los hechos en conocimiento de las parroquias que tenía encomendadas Francisco Manuel M.L. así como en el propio Obispado. Pero, según constataron, nadie tomó cartas en el asunto.

Solo cuando Francisco Manuel estaba destinado en Santa Teresita fue desplazado a Allariz. Eso sí, rompieron cualquier tipo de relación familiar con el sacerdote por el supuesto daño causado.


Un caso de mensajes sexuales en Seixalbo


La Diócesis de Ourense afronta este año dos casos judicializados en los que los imputados son sacerdotes de la Diócesis de Ourense. Al de abusos que se acaba de judicializar se une el conocido en marzo de este año. Manuel V.D.,  párroco de Seixalbo, está investigado por acoso reiterado (en la modalidad de hostigamiento) a un monaguillo menor de edad de su parroquia a través de wasaps  con contenido sexual.

El sacerdote también  fue apartado de la parroquia por parte de la Diócesis de Ourense de forma cautelar hasta que no se complete el expediente canónico que se le abrió. Manuel V.D., tras hacerse pública la denuncia, ingirió veneno (un raticida), por lo que estuvo ingresado en el CHUO durante días. Las diligencias previas recayeron en Instrucción 2, que prácticamente ya concluyó el caso, aunque está pendiente de pruebas periciales que reclamó la acusación particular.
 

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