entrevista

“En el rural es más fácil encontrar trabajo que en las ciudades"

Ourense. 17-03-17. Local. Entrega dos XVII Premios Coag da arquitectura galega 2014-2016 no teatro principal. Na foto os premiados Ourensáns Seara Peleteiro arquitectos recollendo o seu premio
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Juan Seara, con su pareja y compañera de estudio Berta Peleteiro.

El Liceo de Ourense acogerá el viernes la entrega del "Gran de Area 2017", un certamen que premia los trabajos de rehabilitación realizados en el sur de la comunidad y en el que han resultado galardonados por la Casa de la Viña, Juan Seara y Berta Peleteiro de Seara Peleteiro Arquitectos

Los jóvenes trasladaron en 2012 su estudio de A Coruña a Allariz, un cambio que según Seara, les ha permitido crecer y desarrollarse personal y profesionalmente.

¿Qué supone para ustedes este reconocimiento?

Es una gran satisfacción. Por la Casa de la Viña ya habíamos recibido el premio COAG de rehabilitación, que fue una sorpresa y un gran honor porque es el máximo galardón a nivel gallego, pero este me gusta por su filosofía. "Gran de Area" reconoce obras sin importar presupuesto o escala, solo pequeños granos de arena para mejorar el entorno construido.

¿Cuál es la singularidad de la Casa de la Viña?

Abordamos la rehabilitación con un escrupuloso respeto de la persistencia, en caso de tener valor, y al saber leer sus bondades, nos obligo a ser muy radicales. Hemos respetado los volúmenes interiores, solo metimos algo de luz, y con el mínimo de pasos posibles, hicimos las modificaciones para cambiar su funcionalidad interna de uso agrícola a oficina del siglo XXI.

¿Qué supuso su traslado a Allariz?

Fue un acierto en lo personal, que te voy a decir yo, que soy de Allariz, pero también en lo profesional. En las ciudades hay muchos arquitectos, cada año salen 200 de la Escuela de Arquitectura de A Coruña. En el rural pienso que es más fácil encontrar trabajo que en las ciudades. Además de que en el pueblo es más sencillo llegar al cliente, tienes un círculo más directo. 

¿Cómo definiría su trabajo?

Nosotros solo distinguimos entre la buena y la mala arquitectura, hacemos arquitectura contemporánea. Lo de los estilos es algo superficial. Nadie se compra un coche nuevo antiguo, y la arquitectura se tiene que abordar de esa manera. El arquitecto tiene que ser sensible al entorno en el que está trabajando. 

¿Y qué papel juegan los clientes?

Nosotros debemos ser unos intérpretes de las voluntades del cliente. Pero nuestra labor, más allá de dibujar planos o legalizar casas, es hacer algo de didáctica con ellos. Personalmente, para mí esa es la parte más bonita de nuestro trabajo. En Galicia, la cultura arquitectónica está fatal. La cultura tradicional se fue perdiendo y, con el desarrollo económico, la arquitectura se usó para hacer negocio y la gente tragó con lo que le pusieron. Las cosas están cambiando y la crisis nos permitió afrontar el trabajo con más calma. Nuestra labor es ofrecerle una casa personalizada y que esté acorde a sus necesidades.

¿Está mejorando el sector?

Me gustaría decir que sí, pero todavía esta parado. Ya hemos asumido que nunca va a volver a lo de antes, afortunadamente. Lo importante es que lo que se vaya a hacer a partir de ahora, sobre todo de las nuevas generaciones que hemos sido testigos directos de auténticas aberraciones. Los galpones o cierres con colchones son anécdotas. La mayor parte del feísmo es legal, contó con la participación de arquitecto, fue visado y un concello que le otorgó la licencia.

Te puede interesar