Los obradoiros formarán en este curso a 600 ourensanos

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photo_camera Trabajadoras de un obradoiro acondicionando una zona de esparcimiento en Xinzo.
La Xunta también concederá incentivos a la contratación para mejorar el dato de inserción laboral

Un total de 600 ourensanos y ourensanas, actualmente en situación de desempleo, se formarán durante este curso académico 2022/2023 en los obradoiros que propone la Xunta de Galicia. Serán, concretamente, una treintena de talleres, y las entidades solicitantes han sido los concellos de la provincia -de manera individual o agrupados para este fin- y las mancomunidades de Ourense, Verín, O Ribeiro y Terra de Celanova. 

Según datos facilitados a este medio por la Consellería de Emprego, se ha dado un ligero incremento con respecto al curso 2021 / 2022, ya que en aquel caso hubo 28 obradoiros y 552 contratados. 

Otra de las novedades dentro de esta iniciativa, en la que la Xunta invierte en esta ocasión 15,1 millones de euros, es la ampliación de los obradoiros en sí: durarán tres meses más, extendiéndose a un año. Además de las partes práctica y teórica, los participantes -20 en cada uno de los talleres- obtendrán un certificado de profesionalidad -el nivel dependerá del caso concreto- y dejarán su impronta en la mejora de espacios públicos y en la prestación de servicios de interés general y social. 

PRIORIDADES

Tal y como señalan desde la Xunta, tras las correspondientes peticiones de las entidades públicas, se primaron los programas que incluían formación forestal, como es el caso de Castro Caldelas; también aquellos que apostaban por la conservación, reforma y puesta en valor de las rutas de peregrinación del Camino de Santiago, ejemplo de Xinzo; los vinculados con la restauración, recuperación y puesta en valor de castaños y sotos y los proyectos promovidos por los concellos que tienen toda su área -o parte- en zona declarada como Reserva da Biosfera. 

Por último, también se dio prioridad a los proyectos relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación y con la economía digital, así como a los que presentaron una relación con las principales actividades de la zona en cuestión y sus posibilidades de inserción laboral.  En este sentido, se ofrecen incentivos a la contratación de empresas de las distintas zonas, aunque son los propios concellos los que deben solicitar esta modalidad: “Nós damos 1.500 euros por persoa que se consiga insertar laboralmente mediante dito incentivo”, subraya Marina Barril González, jefa del Servicio de Programas Mixtos. Ya no existen límites geográficos en este sentido y el alumnado puede ser contratado por empresas de toda Galicia -por medio de una convocatoria de incentivos, emitida por los propios concellos, podrían presentarse las compañías interesadas-. 

PERFILES

Por otro lado, Barril González explica que, para otorgar las plazas de los obradoiros, se tiene más en cuenta a aquellas personas, mayores de 18 años, que tienen solicitado este servicio en su demanda de empleo. Del mismo modo, existen colectivos que son “preferentes”: emigrantes retornados, mujeres víctimas de violencia de género, parados de larga duración o discapacitados.  Desde la Xunta inciden en que son los concellos solicitantes los que tienen que hacer un estudio de las demandas empresariales de sus zonas para elegir el obradoiro más adaptado, pero aseguran que la oferta es muy amplia: desde módulos relacionados con la albañilería o la jardinería, hasta otros de desarrollo de páginas web o aplicaciones, cocina, montaje de instalaciones solares fotovoltaicas  o atención sociosanitaria. “O fin último do obradoiro é formar para despois insertar”, puntualiza la jefa del servicio. Dado que en los entornos rurales no existen entidades públicas suficientes para asumir toda la variedad propuesta -para hacer las prácticas-, la temática suele repetirse en la mayoría de los casos -módulos de albañilería o jardinería son los más habituales-. 

El porcentaje de inserción laboral se sitúa entre un 20 y un 30 por ciento: “Hai que ter en conta a realidade de Galicia. Hai concellos que non teñen polígonos industriais e a inserción é complicada. O obxectivo sempre é mellorar”, asegura Marina Barril.

Víctor Fernández: "Hice las prácticas en la residencia y ya me contrataron. Estoy muy contento”

Víctor Fernández, de 28 años, participó en un obradoiro de atención sociosanitaria en Paderne de Allariz y ahora ha encontrado un trabajo fijo en Ourense. El covid precipitó que perdiera el trabajo que desempeñaba en un estanco, y se anotó a los talleres duales de la Xunta con el objetivo de mantenerse ocupado un año, aunque reconoce que, por aquel entonces, no sabía que su vida iba a cambiar. “Al ser menor de 30, me avisaron del Ayuntamiento de que había salido el obradoiro de sociosanitario. Pensé en estar ocupado y en sacarme algo que me pudiera valer para el futuro. Había hecho el Bachillerato y un FP de Mecanizado, la verdad que no tenía nada que ver”, explica el joven. “Hice las prácticas en la Residencia Psiquiátrica Monterrey y, desde entonces, llevo ya un año y medio trabajando allí. La jefa confió en mí y me contrataron. Yo estaba cómodo y dije que sí”, añade. 

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Víctor Fernández.

En su día a día, Víctor ayuda a los usuarios en sus rutinas: en las actividades que hacen con los psicólogos y en las que hacen por sí mismos. “Los superviso y estoy con ellos”, subraya. “Estoy muy contento. Los días son diferentes. Con mi forma de ser sé que los ayudo bastante y que les puedo tranquilizar. Les hablo más como un amigo y creo que me ven así”, añade.

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