La precaución fue la tónica generalizada en los actos en honor de San Benito que, con misas pero sin fiestas paganas, ayer se sucedieron en diferentes puntos de la provincia y que tuvo en Allariz, su epicentro al albergar el primer gran evento masivo del verano. El Concello contrató un servicio de megafonía para que nadie se quedase sin escuchar la misa al aire libre desarrollada en la Alameda de San Benito y Protección Civil se encargó de controlar el aforo al recinto, donde se constató que las mascarillas son ya un complemento tan imprescindible como las gafas de sol o el abanico, en una jornada que rondó los 30 grados.
La suspensión de la procesión posiblemente restó afluencia a la misa, oficiada por el párroco Manuel Rodicio, y a la que concurrieron medio millar de feligreses. No obstante, fuentes municipales reconocían que la presencia de devotos fue constante desde las ocho de la mañana que tuvo lugar la primera eucaristía en el interior del templo. "Non se cubriu o aforo completo (110 persoas), pero estivo cerca", señalaban.
En la celebración, ambientada por la Unión Musical de Allariz que también ofreció un concierto al acabar, tomó la palabra una vecina para recordar el arraigo del patrón en el corazón de los alaricanos, a quien se acude para acabar con las verrugas, encontrar un trabajo o por la paz. "El mundo ha cambiado y nosotros con él", advertía antes de pedir por los sanitarios y científicos para que puedan conseguir la vacuna que frene esta pandemia mundial. La ausencia de cualquier tipo de festividad pagana mermó el ánimo de alaricanos y veraneantes. "Da tristeza", suspiraba una vecina mientras pasaba por una Barreira repleta de turismos pero sin el bullicio de otros años, sin los "cochitos", ni el pulpo, ni las rosquillas. San Benito, patrón de Allariz desde 1900, volverá a salir hoy domingo a la explanada que lleva su nombre para presidir la misa de doce.
Barbadás, Cartelle o Sandiás
No muy lejos de allí, en San Benito de A Uceira (Sandiás) unas 200 personas participaron en la misa solemne, donde las sombras de los árboles estuvieron de lo más concurridas. Vecinos e invitados atendieron las peticiones a las que hizo alusión el párroco, Manuel Fernández, y disfrutaron con responsabilidad de la fiesta donde no faltaron el pulpo ni las rosquillas. Guardando las distancias y con un uso generalizado de mascarillas se sucedieron también los actos religiosos en Cartelle o en Parada de Sil. En Barbadás, voluntarios y agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad velaron por el cumplimiento de las normas higiénico-sanitarias en la celebración de San Benito de Cova de Lobo.
