Un vaso de vino blanco, el secreto de la longevidad

José Cid Pérez y Gumersinda Pérez Perez, en la casa familiar de Paderne de Allariz.
El mismo día que comenzó en España el funcionamiento del giro postal, un 1 de agosto de 1911, venía al mundo en Paderne de Allariz Gumersinda Pérez Pérez, una mujer risueña, amante de los suyos y con una vitalidad envidiable que este pasado fin de semana festejaba con sus hijos, cuatro nietos y once bisnietos (el mayor con 27 años y la más pequeña de nueve) su 102 cumpleaños.
Seguir los pasos de otros centenarias como Josefa Álvarez Rodríguez (Ramirás, 16 de febrero de 1906) que ostenta el simbólico título de 'abuela' de la provincia de Ourense y que en Galicia encabeza la coruñesa Avelina Mouzo Leis con 108 años cumplidos (24 de diciembre de 1904), según los datos que maneja la delegación estatal del Gerontology Reseach Group, es uno de los deseos de esta centenaria, que ha vivido los sinsabores de la guerra.

'Ahora te cuenta todas las cosas que le pasaron, las historias de la Guerra Civil que antes no se atrevía o no quería recordar', confiesa su nieta María.

El secreto de la longevidad, un vaso de vino en las comidas. Pero algo tendrá que ver su carácter activo y deportista. 'Pasea todos los días, a veces en casa, otros fuera', desvela el párroco y amigo de la familia, Manuel González, que añadía que 'hace unos días me acompañó a la festividad de San Benito y me dijo que, para la próxima celebración contara con ella, ¡que se apuntaba porque lo había pasado muy bien!'.

Lo que no le gustan son los hospitales. Gumersinda Pérez no pisó uno hasta cumplir los 99 años cuando tuvo que ser intervenida de corazón para colocarle un marcapasos. 'Los médicos se lo pensaron, pero al ver su vitalidad y su buen estado de salud no se lo pensaron', destacaba la familia.

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