El Concello de Bande acaba de dar un paso más en el proceso para lograr la declaración minero-medicinal de las aguas termales de O Baño, en las orillas del embalse de As Conchas. Un técnico del laboratorio encargado de elaborar el informe tomaba ayer las primeras muestras que permitirán determinar el potencial de estas aguas y su capacidad de aprovechamiento, un procedimiento imprescindible para lograr su explotación por parte de la Administración local. "Trabajamos con la idea de lograr la declaración porque es algo que estas aguas ya tenían, pero que se perdió", explicaba la regidora en funciones, Sandra Quintas.
Hace ahora un año, el Concello banduense firmaba un convenio con la Dirección Xeral de Enerxía e Minas para construir la infraestructura necesaria para llevar a cabo el estudio y, con la Diputación de Ourense, para sufragar el coste de las analíticas. En total, 130.000 euros de inversión pública cuyo resultado se verá dentro de un año. "Hay que hacer 12 muestras mensuales consecutivas que, con el correspondiente informe de Sanidad, se remitirán al Instituto Geológico Minero de España", explicaban los técnicos municipales encargados de supervisar el proceso. Paralelamente al muestreo, desde el grupo de gobierno desarrollarán un proyecto de explotación que prevén que contribuya a la dinamización turística del municipio. "Sacaremos un concurso de ideas en el que se primará la originalidad, algo más que crear un balneario", apuntaba Quintas, consciente de que esa oferta ya está cubierta en la comarca, al tiempo que matizaba que "queremos que el termalismo cree empleo para la gente de Bande".
Desde los romanos
Hace más de una década que el grupo de gobierno municipal inició el expediente para lograr la titularidad de este manantial, explotado desde tiempo de los romanos (a menos de un kilómetro se encuentra la mansión y yacimiento militar Aquis Querquennis) y que, entre los siglos XVIII y XIX, albergó un balneario. En la actualidad, y cuando el nivel de las aguas del embalse de As Conchas lo permiten, se puede disfrutar de unas pozas gratuitas al aire libre acondicionadas con fondos públicos. Este verano el espacio estará especialmente vigilado para que se cumplan los protocolos sanitarios marcados por la pandemia del coronavirus. "Por el momento el nivel del embalse es muy alto y las pozas están cubiertas, pero según disminuya el caudal tendremos que solicitar la colaboración de la Guardia Civil y, con la propia alguacil municipal, para controlar la zona", reconocía Quintas, siguiendo los mismos protocolos que en las playas.
