Comuneros alertan de daños ambientales en ríos del Xurés

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El colectivo critica el retraso del plan para frenar la erosión que Medio Rural anuncia para esta semana

Las lluvias tormentosas que este fin de semana han caído sobre la sierra han teñido de negro los cauces fluviales de la Sierra del Xurés, especialmente en la cuenca del río Vilameá, la más afectada por el gran incendio registrado el pasado mes de septiembre en Lobios.

Dos meses después, la Comunidad de Montes Vecinales en Mano Común Riocaldo Serra do Xurés criticaba ayer la tardanza de las consellerías de Medio Ambiente y Medio Rural en actuar sobre las más de 2.000 hectáreas calcinadas dentro del parque para frenar y reducir los efectos de la erosión. "Si van tardar un pouco máis, mellor que xa non veñan, que aforren o diñeiro porque xa será tarde", advertía Domingo Rodríguez, presidente del colectivo, ante la "falta da reacción esperada" por ambos departamentos, al tiempo que agradecían la celeridad de la actuación de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil para proteger los cauces con barreras naturales. 

La comunidad de montes, que aglutina 4.300 hectáreas donde resisten las "poucas carballeiras autóctonas" del Xurés, urge a la administración autonómica a una actuación coordinada y conjunta para la protección, restauración, regeneración y forestación futura del parque natural, cuyo pulmón está "na UCI", matizan quienes en 2017, conjuntamente con sus homólogos de Lobios y Manín, presentaron ante la Xunta un plan antiincendios en el que se recogían medidas para la protección de la zona sin arder. Una labor que ahora se ha vuelto prioritaria.

Ante las críticas de los comuneros, el departamento de Medio Rural informó ayer de una reunión entre el director general de Defensa do Monte, Tomás Fernández-Couto, y representantes de la Confederación Hidrográfica y del Centro de Investigación Forestal de Lourizán para coordinar las actuaciones en Lobios. Según Fernández Couto, esta semana comenzarán los trabajos de helimulching, consistente en la distribución de mantos de paja para evitar las torrenteras en zonas de gran pendiente, tras los retrasos por la meteorología la semana pasada en una extensión de 80,90 hectáreas 

Investigación y cambio de modelo

Los comuneros de Río Caldo creen que los grandes incendios como los que se viven periódicamente en el Parque do Xurés ya no se combaten con la extinción."A extinción por si soa é un fracaso continuo", dicen al tiempo que consideran necesario que se traslade a la Fiscalía de Medio Ambiente una investigación sobre estos fuegos, desde su origen hasta la gestión de su extinción. De cara al futuro, el colectivo  insiste en un cambio en el modelo de gestión, ordenado y productivo, donde se rompa con el monocultivo de especies pirófitas -impuestas hace 50 años por la administración- y se abogue por recuperar bosques autóctonos de frondosas intercaladas con pastizales. Los comuneros también critican la ausencia de un Plan Rector de Uso y Gestión que serviría para proteger el parque  y el uso de la marca "Xurés" para lograr fondos "que discurren no entorno administrativo dos espacios naturais, perdendo importancia a xestión do propio territorio no que se asentan".

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