La empresa eléctrica portuguesa EDP, propietaria del embalse de Lindoso, en Lobios, tras reunión con representantes de la Agencia de Infraestructuras de la Xunta de Galicia, llegaron al acuerdo de cerrar con bloques de hormigón y señalizaciones prohibiendo el paso tanto a vehículos como a peatones, el vial de acceso al pueblo de Aceredo, habitualmente sumergido por las aguas, pero que desde hace meses convoca a cientos de visitantes en sus calles abandonadas.
Carlos Leite, técnico de la empresa EDP, advirtió del peligro que supone el vial en la actualidad, debido al deterioro propio de haber estado sumergido bajo las aguas, incrementado por las lluvias y el continuo tránsito de vehículos.
Añadía que “la antigua carretera ha sufrido un serio deterioro tras 30 años bajo las aguas y hay peligro de derrumbe cierto”, razón por la cual se ha llevado a cabo esta actuación.
Hormigón
Desde este jueves están instalados ya los pilones de hormigón -cada uno con un peso de 300 kilos- que cierran el paso al tráfico rodado, así como carteles prohibiendo el paso también a los peatones.
Los hosteleros de la zona muestran su decepción, ya que las calles del viejo Aceredo surgido de las aguas debido al bajo nivel del embalse era una fuente creciente de turismo para la zona, hasta el punto de convocar a vendedores ambulantes.