El calor aprieta en la Sierra de Santa Eufemia, uno de los picos más altos del Parque natural del Xurés desde cuya cima una patrulla del Ejército desarrolla las labores de vigilancia y prevención de incendios dentro de la operación 'Centinela Gallego 2010'.
Provistos de un par de prismáticos, un mapa detallado de la zona por si falla el GPS, algo común en un territorio tan amplio y disperso -confiesan- y una radio para comunicarse con la base, 12 jóvenes procedentes del Regimiento de Caballería 'Farnesio' de Valladolid participan en el primer turno de la operación que persigue 'evitar el desastre del 2006', recuerdan a cada rato.
Su objetivo: dejarse ver por la zona. 'Además de vigilar los ayuntamientos asignados, avisar cuanto antes de los conatos que se observen y de cualquier movimiento extraño de personas que pudieran estar planeando iniciar un incendio (malintencionado o de quema de rastrojos), nuestra presencia es claramente disuasoria', mantiene el teniente Darío Villanueva.
Para ello, confiesan, cuentan con la ayuda de los vecinos del lugar. 'Nuestra presencia está más que asumida en la zona. Los lugareños nos acogen con una gran hospitalidad y se ofrecen abiertamente para darnos información. Aunque no todos', apunta el sargento Juan José Barrado, destinado en Lobios, ayuntamiento que desde 2007 recibe cada verano a cuatro patrullas de soldados en el marco del convenio firmado entre la Xunta de Galicia y el Gobierno de España. 'Ellos nos protegen de nosotros mismos', replica un lugareño, en plena sesión de fotos en el camino a Portela do Home.
En la provincia de Ourense hay desplegados un total de ocho patrullas (23 en toda Galicia) pertenecientes a la Brigada de Infantería Acorazada 'Guadarrama' XII (Madrid) y al Regimiento de la Caballería 'Farnesio' de Valladolid que, del 1 de julio al 30 de septiembre vigilarán los montes de Viana do Bolo, A Gudiña, Riós y A Mezquita (célula de Verín) y Lobios,Muíños, Calvos de Randín y Baltar (Lobios). Grupos de 30 personas que se renuevan cada 15 días. 'Algunos son repetidores de otros años, pero para la gran mayoría esta es su primera experiencia en la zona y también en las tareas de prevención de incendios fuera de la base', explica Villanueva.
24 horas al día
La lucha contra el fuego es una tarea que requiere mantener alerta los cinco sentidos las 24 horas del día. No obstante, las labores de vigilancia se suceden -por turnos- de la mañana a la noche. 'Cada día fijamos el recorrido en base a la información que, sobre los puntos más sensibles, nos remiten desde las distintas administraciones', relata el sargento Barrado, quien agradece y resalta la 'buena sintonía' con los agentes de los distritos forestales, de los ayuntamientos, así como de la Guardia Civil.
A lo largo del día, las patrullas realizan una media de 130 kilómetros, la gran mayoría por pistas y caminos forestales. 'Tenemos que andar con cuidado porque es muy fácil pasar a Portugal', advierte Barrado al tiempo que destacan la dispersión geográfica, el envejecimiento poblacional y la responsabilidad que supone vigilar un parque natural.
Más allá de las horas al volante, los soldados están encantados con su estancia en la provincia. A las exaltaciones de la gastronomía local y la belleza del paisaje, la joven soldado María Cristina Lobato añade: 'El cariño de la gente, que enseguida se acerca a ti, aunque a veces hablan tan rápido y en un gallego tan cerrado que ni les entiendes', bromeaba.
En lo que va de mes, sólo en la provincia de Ourense, las células de Verín y Lobios llevan más de 12.000 kilómetros recorridos (cerca de 37.000 en toda Galicia) y calculan sobrepasar los 225.000 kilómetros de 2009. A punto de hacer las maletas, los integrantes de esta primera patrulla agradecen que 'hemos tenido suerte de no presenciar ningún incendio, ojalá siga así todo el verano', apuntaba el teniente Villanueva.
Su objetivo: dejarse ver por la zona. 'Además de vigilar los ayuntamientos asignados, avisar cuanto antes de los conatos que se observen y de cualquier movimiento extraño de personas que pudieran estar planeando iniciar un incendio (malintencionado o de quema de rastrojos), nuestra presencia es claramente disuasoria', mantiene el teniente Darío Villanueva.
Para ello, confiesan, cuentan con la ayuda de los vecinos del lugar. 'Nuestra presencia está más que asumida en la zona. Los lugareños nos acogen con una gran hospitalidad y se ofrecen abiertamente para darnos información. Aunque no todos', apunta el sargento Juan José Barrado, destinado en Lobios, ayuntamiento que desde 2007 recibe cada verano a cuatro patrullas de soldados en el marco del convenio firmado entre la Xunta de Galicia y el Gobierno de España. 'Ellos nos protegen de nosotros mismos', replica un lugareño, en plena sesión de fotos en el camino a Portela do Home.
En la provincia de Ourense hay desplegados un total de ocho patrullas (23 en toda Galicia) pertenecientes a la Brigada de Infantería Acorazada 'Guadarrama' XII (Madrid) y al Regimiento de la Caballería 'Farnesio' de Valladolid que, del 1 de julio al 30 de septiembre vigilarán los montes de Viana do Bolo, A Gudiña, Riós y A Mezquita (célula de Verín) y Lobios,Muíños, Calvos de Randín y Baltar (Lobios). Grupos de 30 personas que se renuevan cada 15 días. 'Algunos son repetidores de otros años, pero para la gran mayoría esta es su primera experiencia en la zona y también en las tareas de prevención de incendios fuera de la base', explica Villanueva.
24 horas al día
La lucha contra el fuego es una tarea que requiere mantener alerta los cinco sentidos las 24 horas del día. No obstante, las labores de vigilancia se suceden -por turnos- de la mañana a la noche. 'Cada día fijamos el recorrido en base a la información que, sobre los puntos más sensibles, nos remiten desde las distintas administraciones', relata el sargento Barrado, quien agradece y resalta la 'buena sintonía' con los agentes de los distritos forestales, de los ayuntamientos, así como de la Guardia Civil.
A lo largo del día, las patrullas realizan una media de 130 kilómetros, la gran mayoría por pistas y caminos forestales. 'Tenemos que andar con cuidado porque es muy fácil pasar a Portugal', advierte Barrado al tiempo que destacan la dispersión geográfica, el envejecimiento poblacional y la responsabilidad que supone vigilar un parque natural.
Más allá de las horas al volante, los soldados están encantados con su estancia en la provincia. A las exaltaciones de la gastronomía local y la belleza del paisaje, la joven soldado María Cristina Lobato añade: 'El cariño de la gente, que enseguida se acerca a ti, aunque a veces hablan tan rápido y en un gallego tan cerrado que ni les entiendes', bromeaba.
En lo que va de mes, sólo en la provincia de Ourense, las células de Verín y Lobios llevan más de 12.000 kilómetros recorridos (cerca de 37.000 en toda Galicia) y calculan sobrepasar los 225.000 kilómetros de 2009. A punto de hacer las maletas, los integrantes de esta primera patrulla agradecen que 'hemos tenido suerte de no presenciar ningún incendio, ojalá siga así todo el verano', apuntaba el teniente Villanueva.
