El fallecido recibió sepultura tras un funeral en la iglesia de Prado. Los investigadores descartan inicialmente que el incendio fuera intencionado y que el vehículo pudiera ser manipulado
Expertos en incendios de la Guardia Civil, desplazados desde A Coruña, inspeccionaron ayer los restos que quedaron del coche en el que el que fue hallado carbonizado en la tarde del pasado domingo un vecino de Muíños. Los agentes lo revisaron pieza por pieza en una explanada del cuartel de Lobios, a donde fue traslado el vehículo tras retirar el cadáver, con el objetivo de esclarecer las causas que originaron el fuego. El trabajo del equipo de expertos fue dado conocer ayer por el teniente coronel de la Comandancia de Ourense Manuel Javier Novo Colldefords, que no desveló ningún dato sobre la investigación. Según pudo saber este periódico, de los datos recogidos por los expertos, a falta de un análisis más profundo, no se aprecia que el vehículo fuera manipulado y que el incendio fuera intencionado. Todo apunta a que el fuego pudo originarse a causa de una avería, por una imprudencia del fallecido o la caída de un rayo.
El vehículo fue localizado completamente calcinado en una pista cercana a la localidad de Albite. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que cuando el fallecido se percató de la llamas ya era demasiado tarde, lo que, según pudo saber este periódico, explicaría que tuviera una pierna entre la puerta y el firme de tierra. La víctima se movía con dificultad por motivos de salud.
En la Guardia Civil aseguraban ayer no tener conocimiento oficial de la identidad del fallecido, argumentando que estaban a la espera de los análisis de ADN. Sospecha que se trata de Delmiro Duraes, de 49 años y domicilio en Muíños. Los hermanos de Delmiro Duraes sí identificaron el cadáver como el suyo, tras recoger los resultados de la autopsia en el Juzgado de Bande. Ayer por la tarde le dieron sepultura en el cementerio familiar tras un funeral en la iglesia parroquial de Prado, con la asistencia de numerosos vecinos.
