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Puxedo recrea los oficios del Xurés en una vieja “palleira"

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photo_camera Una parte de la exposición permanente que se podrá visitar en el museo de Puxedo.

Este pueblo de Lobios inaugura mañana una muestra con útiles de labranza, textil, carpintería y herrería

Una antigua "palleira" albergará, a partir de mañana a las 17,00 horas, el nuevo museo de Puxedo (Lobios) dedicado a ensalzar los viejos oficios del Xurés. La asociación de vecinos del lugar continúa en su afán de devolver la actividad y el bullicio a este pequeño núcleo de población donde hoy apenas residen medio centenar de vecinos (datos del Instituto Galego de Estatística), sumando iniciativas que lo hagan atractivo para los turistas.

La asociación terminó la pasada semana los trabajos de acondicionamiento del inmueble, "donde ya están instalados cerca de 150 aperos, útiles y herramientas representativos de los oficios tradicionales del Xurés", explica Pablo Rodríguez Paz, portavoz del colectivo que para llevar a cabo el proyecto, presupuestado en 13.363 euros, ha contado con una subvención del GDR-10 Limia-Arnoia.

El espacio, de apenas 40 metros cuadrados en la Eira da Cruz, cuenta en su interior con piezas centenarias relacionadas con los oficios de carpintería, herrería, labranza y telar. "Las piezas instaladas fueron donadas por los vecinos y posteriormente restauradas por profesionales en la materia", matiza Rodríguez Paz, que adelantó que la asociación ya dispone de otros dos locales (una bodega y una cuadra) habilitados en el barrio de Eiró que, en un futuro, abrirán sus puertas también como espacios museísticos para acoger todas las piezas que, en esta ocasión, se han quedado fuera por falta de espacio. En uno de ellos, matizaba Rodríguez, se realizará una exposición monográfica sobre el pan. No obstante, en su día fue uno de los mayores recursos económicos y, en la actualidad, es uno de los principales atractivos turísticos a través de la fiesta y la ruta entográfica puesta en marcha en el pueblo .

El museo, además de un lugar para conservar y exponer las piezas para el deleite de vecinos y visitantes, pretende ser un espacio para organizar talleres para grupos y escolares sobre los oficios expuestos.

Un comunal castigado por el fuego

El museo es una pieza más del proyecto vecinal que, en los últimos años, ha permitido la recuperación o rehabilitación de lugares emblemáticos del pueblo como la plaza de San Antonio con su capilla, peto de ánimas y palco, el horno, "cruceiros" y las "eiras" donde cada verano se escenifica la "Festa do Pan". La acción vecinal también se extiende por el monte comunal donde, hasta hace quince días, había plantaciones de pinos y castaños por valor de 100.000 euros. "La gente está cansada de que, cada cinco o seis años, cuando empezamos a ver que las plantaciones van bien, entre un incendio de Portugal y arrase con todo", lamentaba Pablo Rodríguez, que señaló que es prioritario que las administraciones tomen medidas reales en materia de prevención y extinción, teniendo en cuenta la peculiaridad del territorio fronterizo.

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