ANIMALES

Las vacas de raza cachena, presentes en la Baixa Limia, se alejan del peligro de extinción

Imagen de archivo: Vaca
photo_camera Un ejemplar de raza cachena en los montes de la provincia.

Superan ya los 4.200 ejemplares y tienen su santuario en los montes de Baixa Limia y Celanova

Los montes de la Baixa Limia, conjuntamente con los de la vecina Terra de Celanova, representan el territorio de referencia de la cachena, una raza bovina originaria de las sierras del suroeste ourensano pero que, en la última década y a través de los programas de recuperación de la raza y el tesón de los ganaderos, ha conseguido extenderse por toda la geografía gallega, así como a determinadas localizaciones de Asturias, Castilla y León o Extremadura.

El último censo que acaba de presentar la Asociación de Criadores de Raza Bovina Cachena (Cachega) cifra en 4.284 cabezas de ganado (y 150 ganaderías), de las cuales un 19% proceden de las quince explotaciones de cachena asentadas en los concellos integrantes del Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés. "De todas las razas bovinas en peligro de extinción, la cachena es la que tiene un censo más alto", resaltaba José Ramón Justo, director de la Federación de Razas Autóctonas de Galicia (Boaga), que calificó de "muy favorable" la evolución de la raza desde la puesta en marcha del programa de recuperación hace dos décadas.

Entrimo, que permitió la supervivencia de la especie conservando las últimas 150 cabezas en los montes de Olelas en 1991, es el municipio con mayor número de ejemplares (409), seguido de concellos cercanos como Verea (386 cabezas), Quintela de Leirado (240) o Muíños (199). La lista de concellos ourensanos con ejemplares de cachena ronda la treintena. "Agora temos máis competencia", bromeaba el alcalde de Entrimo, Ramón Alonso, consciente y satisfecho porque el "tirón mediático" de la cachena facilite el aumento de la actividad económica y de la promoción del municipio.

Cecina de cachena

Precisamente en esas tareas andan metidos un grupo de emprendedores de Baixa Limia y Celanova, con la intención de sacar a la venta en los próximos meses, y dentro de la oferta gastronómica que ofrece el Mercado Xurés de Bande, una cecina de cachena. Y es que, a pesar de su diminuto tamaño (entre 350 y 500 kilos y unos 122 centímetros de alto), la carne de cachena se caracteriza por un nivel de infiltración de grasa, una alimentación y una manera de criarla en semilibertad que le da un sabor característico y versátil a su carne. "Es una carne distinta", reconoce María José de la carnicería Casasoá de Celanova, que lleva años trabajando este producto con buena acogida por parte de la clientela local.

Ourense es, al menos de momento y en base a los ganaderos consultados, el destinatario final de las cachenas que se crían en los montes de la serra do Quinxo y Leboreiro. Así lo refrenda Jairo Domínguez, la segunda generación al frente de Cachenas do Xurés que vende a carnicerías, particulares "y también a restaurantes", matiza el ganadero entrimeño que está pensando en ampliar su explotación, que actualmente se compone de 180 cabezas, para hacer frente al creciente interés por la cachena. Las trabas, según Domínguez, las pone la administración. "En 2015 nos denegaron el 80% de una subvención porque decían que el terreno donde pastan las cachenas no es apto, que tenía demasiada pendiente. Pero es que la cachena se caracteriza por esto, ¡porque busca silvas, toxos,...!", señala.

Todavía hay mucho camino por recorrer para que la cachena deje de estar en la lista roja de especies amenazadas, pero la situación es esperanzadora (el Ministerio de Agricultura califica de expansión la tendencia evolutiva de hembras reproductoras). "Ahora está derogado, pero consideramos que de superar las 7.500 hembras reproductoras, la especie dejaría de estar en peligro de extinción", calcula José Ramón Justo. Las hembras reproductoras censadas actualmente son 2.891.

"Una vaquita liliputiense" de Entrimo

En el serpeante camino que lleva a Olelas (concello de Entrimo), es frecuente ver decenas de cachenas pastando en libertad. Su enorme cornamenta contrasta con su diminuto tamaño, siendo catalogada por muchos como la vaca más diminuta del mundo. Precisamente en las primeras referencias escritas sobre esta raza, recogidas en la "Geografía general del Reino de Galicia" (Vicente Risco, 1936) se describe a la vaca cachena como una "vaquita liliputiense, rústica, que vive en libertad en pastoreo constante en montañas de Entrimo". 

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