Se armó el belén, en Ourense

Las aventuras y desventuras de un sacerdote de mediana edad, un poco chapado a la antigua, Paco Martínez Soria, párroco de una parroquia de un suburbio de Madrid, dan lugar a una serie de situaciones jocosas a lo largo de la película ’Se armó el belén’ de la que es su director, José Luis Sáez de Heredia, rodada en el año 1970.
Recientemente en la ciudad de Las Burgas asistimos a otro espectáculo esperpéntico, o cuando menos parecido a lo acontecido en la citada película a cargo de la interpretación de un trío mágico; naturalmente me estoy refiriendo a la ’cabalgata real femenina’ ideada y diseñada por la edil de Cultura del Concello de Ourense, Isabel Pérez.

Señora concelleira, me parece muy bien la defensa del feminismo de la mujer. Estoy de acuerdo plenamente con los derechos innegables que nos asisten. Aborrezco el machismo, la preponderancia del hombre, pero a cada uno lo suyo.

Los judíos tenían una gran estima por los grandes personajes del Antiguo Testamento; es por lo que el evangelista Mateo compuso su Evangelio para una comunidad cristiana de origen judío. En él da cuenta de la presencia de ’unos magos que llegaron de Oriente’ (Mt, 2,1) sin precisar su número exacto.

Este episodio está íntimamente grabado en la mentalidad popular de los católicos de todo el mundo. Millones de niños creen en los Reyes Magos. Todo los años esperan impacientes, en la madrugada de cada seis de enero, la recogida de sus ansiados juguetes que, puntualmente, solicitaron mediante sus infantiles cartas a los reyes.

Una mirada a los más pequeños es todo un poema cuando estos divisan la presencia de las ansiadas majestades raeles. Pero he aquí que, tal vez queriendo imitar a los magos reales, nuestra concelleira de Cultura se ha quitado de la chistera, no un conejo, sino a tres reinas magas, armando el espectacular bochorno creado con su innovadora y poco creativa aportación.

Ni que decir tiene el efecto contrario creado con el invento: desilusión de los más pequeños, padres cabreados con el invento, silbidos al cortejo y un largo etcétera.

Señora concelleria no invente lo ya inventado. Cíñase a la historia y, por favor, no quite algo tan bonito y entrañable a los niños, como lo es la ilusión de los Reyes Magos.

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