lA CUARTA ESTACIÓN

Efectivamente, se está fraguando la 'cuarta estación', que no es precisamente la cuarta estación climatológica del año. No, no es eso, nos referimos a la estación ferroviaria del AVE que tantas páginas de prensa está llenando y que bastantes pareceres encontrados causa.
Los que tenemos cierto interés por la historia de la ciudad y ya vamos siendo mayores, aún nos acordamos vagamente de la estación anterior de tren, aquella ubicada en el centro del barrio del Puente, donde hoy está la escuela 12 de Octubre. Se quedó pequeña y fuera de lugar para extender el ferrocarril a Santiago, Zamora, etcétera, a principios de los 50. Pero no fue esa la primera estación que hubo en Ourense. Antes existió otra situada en la margen derecha del río Miño, en el actual Ribeiriño, a donde llegaron los primeros trenes en circulación Monforte-Vigo y viceversa; al parecer, se les quedó insuficiente ya en aquellos tiempos. Aquello debía de ser más bien un apeadero. Entonces la segunda estación, es decir, la anterior a la actual, se construyó en un descampado alejado de la primera, la del Ribeiriño, también en la cota de nivel más alta.

Durante la República española comienza el proyecto y posterior ejecución del trazado MZOV, que propicia también la construcción de la nueva 'Estación Empalme' la tercera, la que conocemos actual, y que se pone en funcionamiento en el año 1952, dando en aquel momento un aire de viveza a la ciudad. Era el no va más; la enorme superficie de vías, los muelles de pequeña y gran velocidad, los talleres de Peliquín, el edificio de pernocta del personal de trenes, viviendas para ferroviarios, etcétera. Y como insignia, el grandioso edificio de viajeros de 1.000 metros cuadrados, centro de operaciones, billetaje, salas de espera, etcétera, dando apoyo a unas esbeltas marquesinas sobre los andenes de usuarios. ¡Todo un lujo! Aquello hacía que la ciudad de Ourense subiera varios peldaños en el escalafón de modernas estaciones ferroviarias de las capitales de España.

Ahora ya pronto no nos va a servir para nada todo aquello, y es lógico, sesenta años después; pero no construimos 'la cuarta estación' en distinto lugar alejado con proyección de futuro (como en las veces anteriores) que también se podría, y tal vez se debía, para contribuir a extender la ciudad, sino que la decisión es más drástica; como si viniera un 'tsunami' se arrasara e contenido arquitectónico de la 'Ourense Empalme' incluyendo el edificio central de viajeros (que a decir verdad no estorba nada para la nueva intermodal del AVE). Así continúan la calle Jesús Pousa por encima de las vísa hasta Quintián (Río Arnoia) que es lo que desean; dicen que para dar más fluidez al tráfico y unir A Ponte con O Vinteún, cuando se podía evitar el desaguisado potenciando una perimetral circundante (Avda. Caldas-Avda. Marín-Gómez Franqueira-Río Arnoia-Avda. Santiago... etcétera). Habría diversas soluciones.

El progreso de las ciudades no consiste sólo en construir cosas nuevas destruyendo otras, sino conservando lo válido y tradicional.

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