delirios literarios de zapatero

A finales del pasado mes de enero apareció en varios periódicos la amenazante noticia de que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero tenía intención de publicar sus memorias.
Seis meses más tarde, quizá amargado por su merecida condena al ostracismo, término con el cual los griegos denominaban a los políticos destinados al destierro y olvido, ha pensado que lo apropiado sería escribir previamente un libro sobre 'sus últimos meses en la Moncloa', postergando las memorias, dada su juventud, para dentro de unos años. Según algunas fuentes, generalmente inducidas o mal informadas cuando se trata de noticias de este tipo, han adelantado que Planeta estaría dispuesta a pagar 70.000 euros.

Rodríguez Zapatero considera que tiene mucho e interesante que decir (y no solo por lo aprendido en dos tardes con Jordi Sevilla) sobre la crisis económica que con tanto empeño ocultó a los españoles para que no padecieran, y su denodada lucha para evitar que España fuese intervenida. Siente verdadero interés porque los ciudadanos conozcan sus sufrimientos y desvelos durante su mandato y las noches de insomnio que le ocasionó la maldita 'prima de riesgo' cuya existencia y significado desconocía.

Imaginamos que Zapatero no habrá leído los comentarios aparecidos en Internet sobre sus delirios literarios, porque, en caso afirmativo, de inmediato desistiría de su aventura.Si efectivamente ZP cuenta con algún amigo de verdad, debería aconsejarle que olvide toda fijación y empeño con parecerse e imitar a sus antecesores en la Presidencia del Gobierno, dado que todo parecido con ellos se limita a mera coincidencia. Lo suyo, aunque resulte muy duro el admitirlo, ha sido algo parecido a aquella conjunción astral como la que en su momento le definió su iluminada ministra Leire Pajin.

No puede entenderse como un personaje que ha destrozado y arruinado España, considerado como el más nefasto presidente de la democracia, todavía aspira a reconocimientos, cuando lo suyo sería observar un discretísimo silencio y conformarse con los sustanciosos sueldos y prebendas que injustamente está percibiendo como 'contador de nubes a jornada completa'.

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