la flauta de bartolo y la carabina de ambrosio

La peculiaridad de la flauta de Bartolo es que tenía un solo agujero y era así ya que él no sabía de partituras. Viene a cuento, ya que parece ser que el Gobierno y la Unión Europea se han propuesto tocar la flauta con un solo agujero, y claro está, tienen al personal hasta los mismísimos bemoles. No son capaces de dar unos acordes (acuerdos) mínimamente acompasados, cada uno va por su lado. Está claro que falta un verdadero director de orquesta. Hay cuatro elementos o patas esenciales que se deben tener en cuenta a la hora de entender la situación por la que pasamos, y que se debieran tener en cuenta para salir del pozo:
A) Una estructura de estado desproporcionada a la realidad productiva del país. Se crearon autonomías y entes comarcales sin llevar a cabo un ajuste racional de la verdadera dimensión del Estado.

B) Las cajas de ahorros pasaron de ser unas oportunidades de desarrollo económico y motores importantes en sus primeros momentos, a convertirse en las cuevas de Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cajas que pasaron a ser controladas por los políticos de turno cuyo único objetivo era financiar proyectos de dudosa rentabilidad y ética personal.

C) Hemos carecido de políticos que tuvieran una verdadera visión de estado y que hubieran tenido la lucidez suficiente para dotar al país de una estructura empresarial, social, económica y financiera sólida, creada desde una base del crecimiento real y posible a nuestra realidad y no vivir y hacer creer lo que no somos.

D) Por último la creación de la Unión Europea y la propia unión financiera; ni una cosa ni la otra se crearon. Desde el más elemental principio del sentido común, no es posible crear una unión sin la perdida de soberanía de cada uno de los que deciden unirse, y no es posible una unión monetaria, si precisamente no hay unión entre quienes la conforman. Una moneda única solo es viable en una nación única, no es posible sostener dicha acción cambiaria, desde el momento que en que cada uno atiende a sus propios intereses como Estado y no la del conjunto.

Por ello ahora tenemos lo que nos merecemos a unos con la flauta de Bartolo, y a otros, léase oposición, con la carabina de Ambrosio y, la verdad les digo, no se que es peor.

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