El día 23 de diciembre tuvimos la urgente necesidad de acudir a la consulta del pediatra en el centro de salud Valle Inclán a eso de las once de la mañana, encontrándonos con la sala de espera muy concurrida, debido a que de las tres doctoras que habitualmente consultan a diario, sólo estaba una para atender los pacientes de las tres, más las urgencias, como ha sido nuestro caso.
A las 14,00 horas, dado que todavía seguían llegando más pacientes, y ante la imposibilidad de atender a todos los niños dentro de su horario, la doctora optó -a mi entender correctamente- por ponerlo en conocimiento de sus superiores, mientras algunas de las madres enojadas de tanta espera cubrían el correspondiente impreso de reclamación, sin mucha convicción de que ello surta efecto en lo sucesivo, puesto que ya se imaginaban la respuesta de antemano, no sé si por experiencias anteriores o debido a que el Sergas ya tiene un modelo estandar de contestación para estos casos o similares.
La realidad, a mi entender, es que se trata de un problema económico y de planificación, ya que en vez de cubrir las bajas cuando algún doctor libra, y más cuando son dos a la vez o están de vacaciones, es más fácil y económico que el compañero de turno haga el trabajo de los que faltan en el mismo horario sin costes adicionales, y si no puede atender a todos y pide ayuda, como ocurrió dicho día, la falta de pediatras la suplen con un médico de familia o con el que esté disponible en ese momento, sin importarles su especialidad.
Ante estos casos y otros de mucha mayor trascendencia, la Gerencia, aparte de ignorar las reclamaciones, así como el clamor popular puesto de manifiesto últimamente a la nefasta gestión que se está llevando a cabo con la sanidad en esta deprimida provincia, se limitan a hacernos ver lo contrario a través de algunos medios de comunicación, insistiendo que el servicio de Pediatría, así como otros, están suficientemente cubiertos sin ningún problema. Por ese motivo debe ser que los casos de cirugía urgente tienen que ser desviados al hospital de Vigo con el elevado coste que estos desplazamientos y estancias suponen para los sufridos padres.
Menos mal que aún existen personas solidarias para ayudar al que no tiene recursos económicos, como sucedió el día 24, que alguien anónimo, después de dejarle una nota a sus padres, se llevó al Niño Jesús de la parroquia de la Asunción al hospital de la ciudad olívica.
La realidad, a mi entender, es que se trata de un problema económico y de planificación, ya que en vez de cubrir las bajas cuando algún doctor libra, y más cuando son dos a la vez o están de vacaciones, es más fácil y económico que el compañero de turno haga el trabajo de los que faltan en el mismo horario sin costes adicionales, y si no puede atender a todos y pide ayuda, como ocurrió dicho día, la falta de pediatras la suplen con un médico de familia o con el que esté disponible en ese momento, sin importarles su especialidad.
Ante estos casos y otros de mucha mayor trascendencia, la Gerencia, aparte de ignorar las reclamaciones, así como el clamor popular puesto de manifiesto últimamente a la nefasta gestión que se está llevando a cabo con la sanidad en esta deprimida provincia, se limitan a hacernos ver lo contrario a través de algunos medios de comunicación, insistiendo que el servicio de Pediatría, así como otros, están suficientemente cubiertos sin ningún problema. Por ese motivo debe ser que los casos de cirugía urgente tienen que ser desviados al hospital de Vigo con el elevado coste que estos desplazamientos y estancias suponen para los sufridos padres.
Menos mal que aún existen personas solidarias para ayudar al que no tiene recursos económicos, como sucedió el día 24, que alguien anónimo, después de dejarle una nota a sus padres, se llevó al Niño Jesús de la parroquia de la Asunción al hospital de la ciudad olívica.
