UN PASTOR RODEADO POR LOBOS

L'Osservatore Romano tildaba hace un año el ambiente que respiraba Benedicto XVI como el de 'un pastor rodeado por lobos' que ya entonces se preparaban para el momento de la elección.
El problema mayor no es la persona del papa, con todo lo que implica éste, sino la estructura monárquica que conserva el Papado desde Trento, refrendada por el Vaticano I, en contra de los intentos frustrados de sinodalidad y colegialidad, que dieran paso a otra manera de organizar la autoridad. Se necesita un papa que reforme estructuras eclesiales que tienen sus raíces en el medievo y que hacen del Papado uno de los mayores representantes en el mundo de una monarquía absoluta, sin contrapesos. A esto se añade la nueva situación de un mundo globalizado, de una sociedad occidental postmoderna, laica y no sólo secularizada y democrática, que cuestiona las grandes instituciones como la eclesiástica, y rechaza un modelo impositivo de autoridad. En buena parte, el Concilio Vaticano II fue una oportunidad histórica fallida y resulta difícil la perspectiva de un Vaticano III, solicitado por algunos.

Ahora viene una elección que puede marcar los próximos decenios y la esperanza no está en Roma, ni siquiera en Europa, sino en las iglesias americanas con el mayor número de fieles de todo el mundo, africanas y asiáticas, que son las que han mostrado en los últimos treinta años una mayor apertura, vitalidad y creatividad, poco compensadas en el Colegio Cardenalicio por el número de electores. El nuevo papa debería provenir de ellas y con él el futuro próximo del catolicismo. Benedicto XVI deja una Iglesia que es básicamente la que heredó, agudizada porque la crisis ha aumentado desde el 2005 cuando fue elegido y los grandes problemas que ya existían han generado 'una organización devastada por jabalíes' por utilizar sus propias palabras. En un vía crucis con rezos que parecían quejas, en la novena estación, Ratzinger clamó al cielo: '¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar entregados al Redentor! ¡Cuánta soberbia! Kyrie, eleison. Señor, sálvanos'.

La pederastia, unida al espionaje Vatileaks, los enfrentamientos entre cardenales con poder y la resistencia por hacer cumplir sus órdenes, incluso en torno a la depuración de los Legionarios de Cristo, cuyo fundador, Marcial Maciel, se movió entre bambalinas durante décadas por Roma, sin duda habrán influido en su decisión y gran lección de humildad.

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