PEQUEÑAS SECUELAS

n n nDurante estos días he podido enterarme del nombre de aquella absorbente 'manía' (yo era maniática) o así es como me definían los que apenas conocían una mínima parte de mi trastorno que ahora he sabido que era ' obsesivo compulsivo.'
Ese chico del poema de amor que tiene versos mágicamente expresados y repeticiones acompasadas enamoradas, enamoradas, enamoradas? Me ha devuelto a aquel tiempo enormemente doloroso de mi vida del que conservo todavía algunas secuelas (la persiana por las noches ha de estar con seis ranuras abiertas y la puerta la reviso tres veces) que ya no lograré superar. Era tal mi obsesión , que llegué a pensar que todo lo hacía mal y eso me obligaba a repetir mis actos hasta la extenuación. Daba igual, por mucho que repitier, saldría irremediablemente mal: Los deberes del colegio, las oraciones que allí rezábamos, las lecciones que leía, la forma de vestirme, la manera de subir la escalera, la de asearme?

Los colores acabé por eliminarlos casi todos. Me quedé solamente con tres: rosa, azul y blanco; los demás me producían pánico y repetía: rosa, azul y blanco, los demás colores no existen y ya no los veía (qué raro, ahora me encanta el negro). Y ese fue solo el comienzo? Luego llegó el pecado, continuamente pecaba, pecaba, pecaba? Todo para mí era pecado y así me iba autodestruyendo; sin ayuda, sin solución ya que ocultaba inteligentemente mi mal. Sabía que pronto moriría de continuar así y me agarré fuertemente a aquella que parecía la única solución: le di la vuelta al orden. Pecaría si pensaba que pecaba, y pecaría mortalmente cada vez que repitiera cada cosa que hacía. No sé si alguien podrá entender esto, pero lentamente se fue alejando de mí aquel sin vivir que intentaba destruirme.

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