proyectos de vida

Uno de los objetivos más destacados de los jóvenes es desarrollar la propia personalidad, ser uno mismo, ser libre y llevar a cabo su propio ideal de vida.
Dirigir la propia vida es proyectar la propia vida en sus distintos aspectos: trabajo, familia, amigos, cultura, tiempo libre, etcétera. Solo el hombre es capaz de idear y llevar a la práctica su propia existencia.

El proyecto de la propia vida ha de reunir dos condiciones: que respeta la dignidad de la persona y que tenga coherencia interna. Ha de recoger las aspiraciones más íntimas y nobles y ha de precisar qué es lo que quiere en la vida, sin dejarse llevar por lo que más le gusta, lo que desea o lo que le apetece en un momento determinado.

Algunos proyectos de vida implican compromisos para siempre, como el matrimonio o la entrega a Dios en el sacerdocio. Después de adquirir esos compromisos es necesaria la lealtad para mantenerlos a lo largo de la vida. Para ello se va a necesitar fortaleza y perseverancia, que suponen el ejercicio de la voluntad.

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