Teresa Santamarina

El sábado pasado falleció nuestra madre, Teresa Santamarina, en Queizás, Verín. Sé que su nombre no le dirá nada a la mayoría de los lectores de su periódico. Optimista, vital, desprendida, generosa, madre abnegada en tiempos difíciles, su mano siempre tendida para quien pudiera necesitarla. Mujer por delante de su tiempo, como demostró hasta el último día de su estancia con nosotros. Su recuerdo nos acompañará siempre.
Quiero, no obstante, agradecer las sinceras muestras de condolencia y el cariño que nos mostraron sus amigos y vecinos, que nos acompañaron en el duelo y a quienes, por una causa u otra, no pudieron hacerlo. A todos ellos nuestro sincero agradecimiento, como sincero ha sido su dolor. La familia, en algún caso, ha tenido que consolar a los amigos. El sentimiento de sus hermanos y sobrinos, la cercanía y profesionalidad de la empresa de pompas fúnebres, las consoladoras palabras de los oficiantes han sido para nosotros el mejor bálsamo así como la certeza de que nuestra madre ha sido un espíritu libre y que aprovechó cada momento para vivirlo de la manera que mejor dispuso. Vaya para todos ellos nuestro más profundo agradecimiento.

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