ENTREVISTA

Antonio Donis: "El día a día en la Antártida es como un Gran Hermano con científicos y militares"

Dibujo
photo_camera Antonio Donis, capitán del Ejército de Tierra.

El ourensano estará tres meses en la Antártida dando apoyo a un grupo de científicos del CSIF

El capitán Antonio Donis, natural de A Bola, partirá en diciembre hacia la Antártida como parte de una campaña del Ejército de Tierra, del que forma parte. Allí estarán tres meses dando apoyo a un grupo de científicos del CSIF.

¿En qué consiste la misión?

Nuestra misión es prestar apoyo a los científicos. En la Antártida hay dos bases españolas. La Juan Carlos I, que es totalmente civil, y la Gabriel de Castilla, que es del Ejército de Tierra y a donde vamos nosotros durante tres meses en el verano austral. Cada año se eligen 13 militares, a los que van dando diferentes puestos de motores, instalaciones, jefe de contingente, telecomunicaciones, medio ambiente, medicina... 

En su caso es el especialista en Telecomunicaciones. ¿Cuál es su labor?

Voy con otro compañero y soy el responsable de las TIC. Las telecomunicaciones se dividen en tres partes. Por un lado, los movimientos por la isla, luego las telecomunicaciones que permiten la conexión con la red principal militar y, por último, la parte moral y el bienestar, que es lo relativo a internet y lo que nos permite conectarnos con nuestras familias. En este aspecto, la base Gabriel de Castilla es puntera. 

¿Es su primera vez en esta misión?

Generalmente se elige gente diferente cada vez, salvo determinados puestos en los que es conveniente que repitan para facilitar la puesta en marcha de la base. Ahora mismo la base está totalmente cerrada, tan sólo hay un sistema que genera dos fotos diarias y diferentes sensores para datos de temperatura o movimientos sísmicos. La isla Decepción es un volcán activo y eso aporta datos de interés. Pero ahora la climatología es extrema. Dentro del continente se han llegado a registrar temperaturas de -95º y vientos de hasta 320km/h. Esas temperaturas hacen imposible la vida humana.

Los compañeros que repiten, ¿qué consejos les dan sobre esta misión?

Nos aportan la experiencia para que no vayamos con los ojos cerrados. Fruto de lo que nos dicen vamos trabajando. Luego el día a día es un pequeño Gran Hermano en el que convivimos científicos y militares. Pero el tiempo se pasa muy rápido, porque es todo muy intenso y hay mucho trabajo. Los militares, aunque no nos conozcamos entre nosotros, estamos acostumbrados a esta forma de trabajar.

¿A qué tipo de entrenamiento se someten?

Hace un mes que empezamos la fase de preparación. Hay partes comunes y otras específicas para cada especialidad. En común hemos tenido una fase de técnicas de alta montaña para dar apoyo a los científicos en sus viajes por la isla. Esta semana estamos en una fase de relevo en Zaragoza, que es donde está el depósito de material antártico. El buque Hespérides llegó la semana pasada, ha descargado y ahora estamos con el recuento de material y mantenimiento. Por último, en septiembre tenemos fase de navegación en O Grove, que es el lugar donde las aguas más se asimilan a las de la Antártida, tanto por frío como por movimiento. En la parte específica, yo voy desarrollando los proyectos de telecomunicaciones que tengo que llevar.

¿Qué proyectos desarrollan los científicos a los que acompañan?

Hay trabajos relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, otros para el control de las colonias de pingüinos, de vegetación, control sísmico... La última erupción en la isla Decepción fue en los años 60 y, por lo tanto, hay muchos sensores para conocer la actividad volcánica. Esos serían los proyectos principales. Aparte, diferentes universidades van proponiendo otros más pequeños que el CSIF considera interesantes.

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