Y la Banda volvió a tocar

La Banda de Música de Celanova regresó ayer a la calle y lo hizo en una jornada muy especial para los celanoveses, la de Corpus Christi, que cada año hace que la villa de San Rosendo se despierte bajo un manto floral. No hubo alfombras, ni desfilaron los niños y niñas a los que este año les corresponde hacer la Primera Comunión, pero los integrantes de la centenaria banda celanovesa se vistieron sus mejores galas -complementadas con los EPI’s protocolarios- para "recordarle al pueblo que la Banda de su villa le quiere trasmitir alegría y fuerza en estos todavía difíciles momentos", destacaba Ernesto Fernández, presidente de la Asociación de Amigos da Banda de Celanova, que este año conmemora 100 años de actividad. Las emociones estaban a flor de piel entre los músicos que, minutos antes de las once de la mañana, se concentraron en las inmediaciones de la Residencia San Carlos. Usuarios y trabajadores fueron los primeros en recibir la sorpresa musical, en una actuación cargada de simbolismo que perseguía homenajear al personal y los mayores que tan malos momentos han pasado por culpa del "bicho". El jardín del geriátrico fue el lugar escogido para la actuación que, durante 20 minutos, trasladó a los allí presentes a tiempos pasados, cuando ellos mismos acudían a la Praza Maior, la Alameda o al Claustro Barroco a disfrutar de las actuaciones. "Foi moi emocionante", reconocían agradecidas las trabajadoras del geriátrico, quienes se marcaron algún baile con los mayores, algunos de los cuales contaban con familiares y amigos entre los intérpretes. "Algunha bágoa por algún balcón xa caeu. Será da pouca música que se escoite durante unha temporada na vila", decía uno de los músicos Tras el pequeño concierto en la residencia, la Banda de Celanova protagonizó un pasacalles hasta la Praza Maior. "Foi un acto sinxelo, pero moi, moi emotivo", confesaba el director, Miguel Pérez, quien después guió los pasos de los músicos por las avenidas González Rey y Pardo Bazán bajo los aplausos y vivas de los vecinos que, alertados por la música, salieron a ventanas y balcones. "Un poquito de alegría nos hacía falta", decía una vecina a quien el pasacalles le pilló en el portal. El Monasterio de San Rosendo fue testigo, junto con varias docenas de vecinos congregados en la Praza Maior, del punto y seguido de esta primera actuación post-covid. "Foi emocionante que a xente do pobo saíra e expresar a súa emoción por volvernos a ver. Algunha bágoa por algún balcón xa caeu. Será da pouca música que se escoitou durante unha temporada na vila", comentaba Cristina, una de las integrantes de la banda, si bien su compañera Begoña desvelaba que "os vindeiros domingos haberá algún pasarrúas máis". Nuevas citas y caras Hace un par de semanas que la banda preparaba esta actuación, si bien no quisieron hacerlo público hasta ayer para no romper el efecto sorpresa y evitar masificaciones. "Está claro que si hasta 20 amigos pueden reunirse alrededor de una mesa para tomar una caña, ¡que menos que una Banda de Música no actúe para el pueblo y, si cabe, con muchas más medidas de seguridad", explicaba Ernesto Fernández quien, antes del estreno post-coronavirus, confesaba el deseo de todos de poder tocar y actuar, pero sobre todo por reencontrarse como formación musical. El verano se presenta más tranquilo que otros años, porque muchas comisiones han aplazado o directamente cancelado las actuaciones, pero la Banda confía en regresar pronto a las calles de Celanova. "Se le ha facilitado al Concello un programa de actuaciones puntuales para los meses de junio, julio y agosto, y estamos esperando su conformidad", explicaba Fernández quien, entre las fechas previstas espera la presencia de la agrupación en las fiestas de Encarnación y San Roque "siguiendo las directrices del Concello", matizaba. En cuanto a la actividad de la Escola de Música da Banda de Celanova, el 1 de julio se abrirá el periodo de matrículas para el próximo curso. La Casa da Música ya ha sido desinfectada y, además de los indicadores propios, la dirección espera las medidas que dicte Educación. Así lo resumía Ernesto Fernández quien, en los próximos días, dejará de presidir la directiva tras la convocatoria de la junta extraordinaria para el 30 de junio a la que, de momento, solo se ha presentado la única candidatura liderada por Fernando Martínez.