El día de San Rosendo que se celebra hoy en el monasterio celanovés suma un motivo de alegría: la recuperación de un cuadro de San Torcuato que viajó por la provincia durante casi dos siglos y que ahora regresa a su lugar de origen.
Las paredes del monasterio de Celanova recuperan hoy un episodio de su historia. San Rosendo se festeja en la villa y el día suma un motivo de alegría. Un cuadro de San Torcuato vuelve al monasterio 172 años después. De artista desconocido, la pintura llegó al monasterio a finales del siglo XVIII. En un impulso por rescatar la memoria local, el Concello de Celanova solicitó a la Diputación la vuelta del cuadro a su lugar de origen. Hasta ahora, permane
cía en los fondos de esta entidad.
Precisamente en el día del virrey de Galicia, San Rosendo, será su tocayo, el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, quien escenifique la entrega del cuadro al monasterio. Primero tendrá lugar la procesión, rememorando la que hacían antiguamente los monjes por el Claustro Barroco. Después de la eucaristía, será la entrega de la obra, que otrora adornó uno de los pasillos principales del Pazo Provincial, al lado del despacho de la presidencia. Lo confirma la profesora de la Facultad de Historia Yolanda Barriocanal.
Las vicisitudes “migratorias” del cuadro comenzaron en 1844, con la desamortización de Mendizábal. Se trasladó a Ourense, junto con un centenar de obras que formaban el conjunto de pinturas monásticas más rico de la provincia, según los expertos. La colección viajó de local en local y de aquellas obras solo se conservan cuatro.
De Celanova eran 47 lienzos, un número superior al de otros monasterios de Ourense. La razón no es de cantidad, sino de empeño: el abad Bonifacio Ruiz se encargó de recoger los cuadros del monasterio celanovés. Esta obra, salvada del olvido, narra precisamente el milagro del derrumbe de un puente salvó a San Torcuato y a sus compañeros de la muerte, cuando eran perseguidos por los infieles.
La Academia Auriense Mindoniense de San Rosendo será el lugar del cuadro a partir de hoy, compartiendo espacio con obras de autores contemporáneos. Esta mezcla de riqueza artística coincide en el tiempo con el logro de la Fundación Curros Enríquez, que viene de recaudar fondos para adquirir un libro sobre el Apóstol Santiago, escrito hace 400 años por el historiador celanovés Mauro Castellá Ferrer. Dos documentos, uno con nombre propio y otro anónimo, que harán espeical el día de San Rosendo para los celanoveses.
