en la provincia

Un amanecer al estilo del siglo X

Un fenómeno solar ideado por los celanoveses del siglo X atrajo este jueves hasta la capilla de San Miguel de Celanova a cerca de medio centenar de personas, vecinos de la villa de San Rosendo, pero también de Xinzo y Ourense.

Los primeros rayos del sol en el equinoccio primaveral volvieron a protagonizar un espectáculo visual casi único este jueves en Celanova, con la arquitectura mozárabe de la capilla de San Miguel como protagonista. 

El templo, el único vestigio constructivo celanovés que permanece inalterable desde tiempos de San Rosendo, aglutinó a un heterogéneo grupo de unas 40 personas, vecinos de Celanova pero también de Allariz, Xinzo y Ourense, quienes después del madrugón tuvieron la oportunidad de ver (y retratar) el fenómeno que forman los rayos solares tras librar la barrera natural del monte de San Cibrao y adentrarse por las dos pequeñas ventanas que iluminan la capilla.

Tras unos largos minutos de desconcierto, dónde el desánimo se llegó a apoderar de buena parte de los presentes al ver que se había hecho de día sin poder ser testigo del fenómeno, las cámaras de los profesionales de los medios de comunicación congregados en antigua huerta monacal fueron las primeras en detectar la entrada de los rayos de sol en la capilla.

"Al verlos, ya no hubo dudas. Es muy ilusionante, merece la pena el madrugón", reconocía una de las veteranas a la convocatoria organizada desde el Concello quien, ya en el equinoccio del pasado otoño, tuvo la oportunidad de ver este espectáculo solar durante tres días seguidos. "A la tercera va la vencida", comentaba la concejala municipal Ana Fernández Antorrena, quien acudió a la cita al igual que otros compañeros de la Corporación, incluido el propio alcalde José Luis Ferro, quien bromeó con los presentes asegurando que "ata que non o mandei eu, non sae".

El fenómeno, que data de tiempos del fundador local Rosendo Gutierrez quien mandó erigir este oratorio en recuerdo a su hermano Froila, fue descubierto por el celanovés Xosé Benito Reza a finales de los años 90 del siglo pasado mientras estudiaba la orientación del templo declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La alineación de la luz solar con las ventanas oeste y este del oratorio durante los equinoccios de primavera y otoño forman, si la climatología lo permite, un espectacular rosetón de luz que este jueves se prolongó casi cinco minutos. 

Tras el subidón, y mientras los estudiantes y trabajadores se apresuraban para no llegar tarde a sus respectivos centros de estudio y trabajo, algunos de los presentes optaron por irse juntos a desayunar y compartir sensaciones. Para quienes este jueves se le pegaron las sábanas, hoy tendrán una nueva oportunidad a las 7,30 horas en la capilla.

Te puede interesar