Las guirnaldas navideñas conviven estos días con la decoración de Entroido que, en A Ermida, impulsa la celanovesa Mara Lorenzo. Una iniciativa que nació con la pandemia y que, dada la buena acogida, ha acabado por asentarse en el barrio
El Entroido ha llegado de lleno a A Ermida. Este tradicional barrio de Celanova luce ya sus mejores galas para festejar el Carnaval, si bien su promotora, Mara Lorenzo, reconoce que todavía quedan muchos retoques y piezas que colocar, algo que ultimará cuando escampe este temporal. “O aire levou moito, fixo moito dano. Pero aínda non acabei, hai que colocar os pallasos”, reconoce esta vecina que, a raiz de la pandemia del coronavirus en 2020, empezó a hacer elementos decorativos artesanales, primero para decorar el barrio durante la Navidad, pero, dada la buena acogida vecinal, incorporó después el carnaval y, en mayo, ya empieza con las flores para adornar la Encarnación. “Non paramos”, reconoce Mara Lorenzo, que dedica un rato cada tarde a dar formas a las piezas que decoran los distintos espacios públicos. Un tramo de unos 250 metros, que incluye varios canastros, un crucero y la capilla de la Encarnación.
La implicación y el apoyo vecinal es total en este proyecto. Así lo resalta Mara, quien agradece tanto las aportaciones económicas como las “mans” de todas aquellas personas que se suman durante el proceso de colocación. El buen hacer para el diseño y confección es algo suyo. “Eu sempre fun de moitas labores, dende nena gustáronme moito as manualidades”, recuerda Lorenzo. Su decoración ha convertido al barrio en un lugar de visita obligada. “A xente anímase e ven ata aquí”, reconocen los lugareños, un buen paseo en el que poder degustar las sabrosas rosquillas o empandas de la panadería local.
Escobas, platos reutilizables, cintas de colores y mucha imaginación son la base de la decoración carnavalera, donde no faltan los globos y las máscaras, complementados con elementos naturales como la paja, los carozos o las piñas. “Son cousas que están feitas, de cada vez aprovéitase para aumentar algunha cousa máis”, relata, señalando las simpáticas máscaras que adornan las escaleras hacia la capilla, creadas a partir de los redondeles que sobraron del árbol a base de botellas realizado por Navidad. Una decoración de la que este año resaltó el espectacular belén realizado con materiales naturales.
