Los pequeños viticultores de cuatro de las siete parroquias de Padrenda están en alerta tras la declaración de cuarentena por la plaga de flavescencia dorada de la vid, tras la aparicion de un caso positivo en A Frieira (Desteriz). “Estamos en contacto coa delegación en Ourense, para ver cal será o seguinte paso, quen notifica a situación aos propietarios ou, o tema dos viñedos abandonados, que son o 80% dos casos”, trasladaba el alcalde del municipio, Manuel Pérez Pereira, preocupado porque la normativa europea exige la eliminación de todas las plantas en aquellas parcelas que estén abandonadas, con las dificultades de localizacion de la propiedad que caracteriza al rural ourensano. “Si estivesen traballadas, se controlaba fácil, así a ver que pasa…”, comentaba el alcalde.
Según el Sistema de Información de Ocupación del Suelo en España (SIOSE), cuya última actualización data del 2014, la superficie de viñedo en las cuatro parroquias afectadas suma 43,8 hectáreas. “O que deben facer os veciños con viñedos, é vixiar as súas cepas. Esta é unha enfermidade que ten tratamento”, trasladaba Víctor Novo, jefe del Servicio de Sanidad y Producción vegetal de la Xunta, quien confesaba su sorpresa al detectar una planta positiva en Padrenda, un concello aparentemente sin actividad vitivinícola, “só é unha, que será eliminada”, comentaba.
Con respecto al resto de la parcela, en cuanto empiecen a brotar, se vigilarán las vides por si presentan sintomas. “Si o número de positivos supera o 20%, haberá que arrancalas todas”, dijo. El mismo camino deberán correr, según la normativa europea, las cepas ubicadas en parcelas abandonadas. Una responsabilidad -la de eliminar las plantas- de los propietarios de los terrenos, si bien desde el administración no descartan que se puedan ayudar, con medios propios o indeminzaciones, en la eliminación de la planta.
