La Justicia investiga vertidos al cauce del Ourille en Verea

La calidad de las aguas del río Ourille llegará a la Justicia si prospera la denuncia presentada por un particular y admitida a trámite por la Fiscalía de Medio Ambiente, sobre los vertidos detectados en la fosa séptica de Sanguñedo y que afectaron al afluente del río Arnoia a su paso por el concello de Verea. La denuncia, presentada en 2019 por una vecina del municipio, señala al entonces regidor Juan Antonio Martínez, por ser en aquel momento el responsable del mantenimiento y correcto funcionamiento de la fosa séptica. "Fun varias veces ao Seprona e ninguén me fixo caso, por iso o ano pasado puxen a denuncia. Non quero ir en contra de ninguén, eu denuncie a fosa séptica e quero que solucionen o problema", comenta la denunciante, que prefiere mantenerse en el anonimato, y que data el origen del problema hará unos 30 años "cando fixeron a fosa séptica xunto ao río, pero parece que a ninguén lle importa. Celanova bebe desta auga, A Bola leva anos sen permitir o baño na área recreativa, o río está vedado a pesca,...", enumera mientras se pregunta a dónde van los seis euros del canon por depuración que pagan cada dos meses. Defensa desde lo público Desde el Concello de Verea, el actual alcalde, José Antonio Pérez Valado (BNG), está al tanto de la instrucción, cuya vista se celebraba hace unas semanas en el Juzgado de Bande, y confirmó haber contratado desde el Concello los servicios jurídicos para defender a su antecesor, el "popular" Juan Antonio Martínez. "Non está ben que se verta ao río de forma ilegal, pero iso non é culpa de ningún rexidor" dijo, a la vez que señalaba a quien "no seu momento autorizou e permitiu que a rede de saneamento incluíse as fosas pegadas ao río". En la misma línea se manifestaba Juan Antonio Martínez, quien confesaba estar tranquilo ante la posibilidad de sentarse en el banquillo. "Esto no es una depuradora, es una fosa que en su momento se construyó y digo yo que con conocimiento de la Confederación Hidrográfica", apuntaba el exalcalde, quien asegura que, nada más tener conocimiento de la "problemática" de las fosas en el municipio, "pusimos la regularización en manos de Aquaourense para su legalización". Tanto Martínez como Valado hacen énfasis en que lo que falla es el sistema de depuración implantado en el rural, no las limpiezas o el mantenimiento de las fosas sépticas. Los dos políticos coincidían en que las limpias hoy y, en dos días o en dos horas, pueden estar tupidas y vertiendo para fuera. El alcalde de Verea calificaba de "utopía" que recaiga en los concellos la gestión del saneamiento en el rural, con muchos núcleos de población y muy dispersos. "A Xunta e a Confederación son conscientes de que os concellos non temos medios", dice, y por ello insta a las administraciones superiores a que estudien medidas alternativas que impidan la contaminación de los ríos. Mientras eso no sucede, Valado apela a la responsabilidad individual de cada ciudadano para un correcto uso del sistema de depuración. En instrucción El expediente judicial se encuentra actualmente en instrucción pero, una vista por delitos medioambientales, "é algo practicamente nulo na provincia", destaca Manuel García del Movimento Ecoloxista da Limia (MEL), un colectivo muy crítico con el sistema de depuración de las aguas en la provincia "foron unha estafa porque se investiron moitos cartos e non funcionan", dicen. En el caso de que el Juzgado banduense continúe con el procedimiento y al final se llegue a condenar al que fuera regidor, "serviría de escarmiento ao resto de concellos que están facendo o mesmo. Ninguén está depurando as augas", critican desde MEL. No obstante, desde el Movimento Ecoloxista da Limia enfatizan que el problema más grave de contaminación del Ourille, "como pasou no Limia e pasará no Arnoia, son os vertidos dos xurros das granxas", dicen, a la vez que aseguran que "as autoridades competentes levan anos mirando para outro lado". Cerrado al baño por contaminación permanente El río Ourille, que antes de desembocar en el Arnoia pasa por Verea, A Bola y Celanova, fue objeto de estudio en 2017 por parte de la Confederación Hidrográfica. A instancias del Concello de A Bola se redactó un proyecto para mejorar la calidad de sus aguas con diversas acciones por valor de 800.000 euros que incluían una depuradora. Un año antes, Sanidade retiraba el área fluvial bolense del censo oficial de zonas de baño de Galicia por "contaminación permanente" de sus aguas. El proyecto está a la espera la cofinanciación necesaria para su ejecución. La Confederación reconoce quince sanciones desde el año 2015 La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil reconoce que en los últimos años ha habido diferentes denuncias por vertidos procedentes de pequeños núcleos de población, que "podrían causar un efecto puntual sobre la masa de agua", si bien se considera que son puntuales "y no afectan en general a la masa de agua". En el lugar de San Vicente (Verea), donde se ubica la captación que abastece a Celanova, el organismo de cuenca dispone de un punto de control donde se realizan muestras trimestrales y la calidad físico-química del agua es "muy buena, sin ninguna incidencia significativa en los últimos cinco años", señalan. Entre 2015 y 2019, se han tramitado 15 sanciones en el Ourille, 12 sanciones a administraciones, dos a particulares y una a empresas, tanto por vertidos ilegales como por incumplimiento de los límites de las autorizaciones de vertido. En 2020 no se registró ninguno. "En el caso de infracciones relacionados con vertidos al río Ourille, todas han sido siempre calificadas como leves, por lo que las multas nunca superaron los 10.000 euros", desvelan.